Los teléfonos móviles podrían ser una fuente de sustancias químicas tóxicas, según un estudio

Revisado por Alina Shrourou, licenciada en ciencias (editora) 4 dic 2018

Teléfonos móviles: se ha escrito mucho sobre sus efectos perjudiciales para la capacidad de atención, los niveles de estrés y las conversaciones en la mesa. La gente está en contacto permanente con sus móviles a cualquier hora del día. Una nueva investigación de la Universidad de Toronto (U de T) sugiere que también podrían ser una fuente de sustancias químicas tóxicas, o al menos un indicador de las sustancias químicas a las que están expuestas las personas.

En un estudio publicado hoy en Environment International, científicos de la Universidad de Toronto descubrieron que los niveles de varias sustancias químicas tóxicas en los teléfonos móviles de mujeres canadienses de 18 a 44 años estaban relacionados con los niveles de esas sustancias químicas en sus cuerpos y en sus manos. Se trata del primer estudio que identifica los dispositivos electrónicos de mano como fuente potencial de exposición a ésteres organofosforados, sustancias químicas utilizadas a menudo como retardantes de llama o plastificantes que hacen más flexibles y duraderos materiales como el cloruro de polivinilo.

"Nos preocupan estas sustancias químicas, ya que se han relacionado con neurotoxicidad, disminución de la fertilidad y problemas de tiroides", afirma Miriam Diamond, profesora del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Artes y Ciencias de la U de T y autora principal del estudio. "Lo que no sabemos con certeza, sin embargo, es si los dispositivos electrónicos son la fuente de las sustancias químicas o un indicador de la exposición total procedente de otras fuentes, o ambas cosas".

Los investigadores hallaron correlaciones entre los niveles de ésteres organofosforados en los dispositivos electrónicos y los niveles en las manos y en la orina. Además, observaron que los niveles de retardantes de llama y plastificantes eran más elevados en dispositivos portátiles, como teléfonos móviles y tabletas, que en aparatos electrónicos no portátiles, como televisores y ordenadores de sobremesa.

Así, los dispositivos portátiles como los teléfonos móviles pueden ser fuentes de algunos de estos compuestos, pero también pueden servir como muestreadores integrados en el tiempo, proporcionando una indicación de la exposición química a través de los diferentes entornos en los que las personas pasan tiempo cada día, por ejemplo, sus hogares, coches y lugares de trabajo.

Estos nuevos hallazgos se producen en medio de llamamientos para que se preste más atención a las repercusiones de la electrónica en el medio ambiente y la salud humana. Las normas vigentes de la industria electrónica cubren la seguridad térmica, eléctrica, óptica e incluso acústica de los productos, pero no especifican cómo deben examinarse los materiales para detectar posibles efectos toxicológicos.

"A principios de este año, la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de EE.UU. aceptó una petición para prohibir el uso de determinadas sustancias químicas ignífugas nocivas en productos electrónicos y de otro tipo", afirma Diamond. "Los ésteres organofosforados identificados en este nuevo estudio se utilizan a menudo como sustitutos de las sustancias químicas prohibidas, y cada vez hay más pruebas que indican que estas sustancias químicas de sustitución también son nocivas."

Diamond afirma que, dada la ubicuidad de estos dispositivos que están en manos de tanta gente todo el tiempo, desde niños a adultos, "limpiar periódicamente el móvil debería reducir los niveles de estas sustancias químicas tóxicas en el dispositivo y, por tanto, en las manos". También añade que "debemos ser conscientes -y tratar de reducir- cuánto utilizamos nuestros dispositivos portátiles, especialmente los niños".

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