El uso del hilo dental y otras conductas de consumo contribuyen a elevar los niveles de PFAS en el organismo

Revisado por Kate Anderton, licenciada en ciencias (editora) 8 de enero de 2019

Un nuevo estudio sugiere que ciertos tipos de conductas de consumo, incluido el uso del hilo dental Oral-B Glide, contribuyen a elevar los niveles en el organismo de sustancias químicas tóxicas PFAS. Los PFAS son sustancias resistentes al agua y a la grasa que se han relacionado con numerosos problemas de salud. Los resultados proporcionan una nueva visión de cómo estas sustancias químicas terminan en el cuerpo de las personas y cómo los consumidores pueden limitar su exposición modificando su comportamiento.

El estudio, dirigido por el Instituto Silent Spring en colaboración con el Instituto de Salud Pública de Berkeley (California), aparece en línea el 8 de enero en la revista Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology (JESEE), y forma parte de un número especial dedicado a las PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas).

Los PFAS se utilizan en una serie de productos de consumo, como envases de comida rápida, sartenes antiadherentes, ropa impermeable y alfombras resistentes a las manchas. Las personas pueden estar expuestas a estas sustancias directamente a través de los productos que utilizan y los alimentos que consumen. También pueden estar expuestas a través del aire y el polvo de interiores y del agua potable contaminada.

Los científicos están preocupados por la exposición generalizada de la población a los PFAS, ya que estas sustancias químicas se han relacionado con efectos sobre la salud como cáncer de riñón y testículos, enfermedades tiroideas, colesterol alto, bajo peso al nacer, disminución de la fertilidad y efectos sobre el sistema inmunitario.

En el nuevo estudio, los investigadores midieron 11 sustancias químicas PFAS diferentes en muestras de sangre tomadas a 178 mujeres de mediana edad inscritas en los Estudios de Salud y Desarrollo Infantil del Instituto de Salud Pública, un estudio multigeneracional sobre el impacto de las sustancias químicas ambientales y otros factores en las enfermedades.

Para comprender cómo influye el comportamiento de las personas en su exposición a los PFAS, los investigadores compararon las mediciones en sangre con los resultados de entrevistas en las que preguntaron a las mujeres sobre nueve comportamientos que podrían dar lugar a una mayor exposición. La mitad de las mujeres del análisis eran blancas no hispanas y la otra mitad afroamericanas.

Las mujeres que utilizaban Oral-B Glide tendían a presentar niveles más elevados de un tipo de PFAS denominado PFHxS (ácido perfluorohexanosulfónico) en su organismo que las que no lo hacían. Para comprender mejor esta relación, los investigadores analizaron 18 sedas dentales (incluidos tres productos Glide) para detectar la presencia de flúor, un marcador de PFAS, mediante una técnica denominada espectroscopia de emisión de rayos gamma inducida por partículas (PIGE). Los tres productos Glide dieron positivo en flúor, lo que concuerda con informes anteriores de que Glide se fabrica con compuestos similares al teflón. Además, dos hilos dentales de marca comercial con el etiquetado "compare to Oral-B Glide" y un hilo dental que se describía a sí mismo como "fibra de teflón de una sola hebra" dieron positivo en flúor.

"Este es el primer estudio que demuestra que el uso de hilo dental que contiene PFAS se asocia con una mayor carga corporal de estos productos químicos tóxicos", dice la autora principal Katie Boronow, científica de Silent Spring. "La buena noticia es que, en base a nuestros hallazgos, los consumidores pueden elegir hilos dentales que no contengan PFAS."

Otros comportamientos que se asociaron a niveles más elevados de PFAS fueron tener alfombras o muebles resistentes a las manchas y vivir en una ciudad con un suministro de agua potable contaminado por PFAS. Además, entre las mujeres afroamericanas, las que comían con frecuencia alimentos preparados en envases de cartón recubiertos, como patatas fritas o comida para llevar, presentaban niveles elevados de cuatro sustancias químicas PFAS en la sangre, en comparación con las mujeres que rara vez comían este tipo de alimentos. Los investigadores no observaron la misma relación con los alimentos preparados entre los blancos no hispanos.

En general, los blancos no hispanos tendían a presentar niveles más elevados de dos sustancias químicas PFAS, el PFOA (ácido perfluorooctanoico) y el PFHxS, en comparación con los afroamericanos. Los investigadores no pudieron explicar las diferencias, lo que sugiere que existen otros comportamientos que no midieron y que contribuyen a la exposición a los PFAS.

"En general, este estudio refuerza las pruebas de que los productos de consumo son una fuente importante de exposición a los PFAS", afirma Boronow. "Restringir estas sustancias químicas de los productos debería ser una prioridad para reducir los niveles en el organismo de las personas".

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