Cómo practicar yoga con seguridad durante el primer trimestre

Cómo practicar yoga con seguridad durante el primer trimestreEs seguro practicar yoga en el primer trimestre del embarazo, aunque debe evitarse el yoga caliente (como las bañeras de hidromasaje u otras actividades que puedan sobrecalentarla). Los tres primeros meses de embarazo son una época de grandes cambios en tu cuerpo y la práctica del yoga puede ayudarte a superar esta etapa tanto física como emocionalmente.

De hecho, importantes investigaciones apuntan a los profundos beneficios que ofrece el yoga para la mente y el cuerpo (desde el alivio del estrés hasta la flexibilidad).

Escucha a tu cuerpo

Mucho antes de que cualquier manifestación externa del embarazo empiece a interferir con las posturas, su cuerpo puede empezar a sentirse diferente por dentro. El yoga puede ayudarte a sintonizar con tu cuerpo.

Puede que creas que te conoces a ti misma y lo que tu cuerpo puede hacer, pero el yoga te enseña a respetar las señales que te da tu cuerpo, una actitud que puede ayudarte a prepararte para escuchar a tu cuerpo durante el parto. Además, los estudios han demostrado que el yoga puede proporcionar una serie de beneficios durante el embarazo, como la reducción de los niveles de estrés y la mejora del funcionamiento del sistema nervioso automático.

Comenta tus planes de hacer yoga con tu médico antes de empezar, y averigua si tiene alguna limitación para tus actividades físicas.

Náuseas matutinas

Si tienes náuseas en el primer trimestre, tu cuerpo te está diciendo que te tomes las cosas con calma. Si has estado asistiendo a clases de yoga con regularidad, date permiso para faltar a las clases o tomar una clase menos vigorosa si no te sientes bien.

Dónde practicar el yoga prenatal

Hay muchas maneras de acceder al yoga prenatal, e incluso al principio puede querer continuar con las clases de yoga regulares, siempre que no sean demasiado vigorosas o, como se ha indicado anteriormente, en salas con calefacción.

Es posible que no te sientas cómoda hablando de tu embarazo con muchas personas en el primer trimestre. Pero es posible que quieras decirle a tu profesor de yoga que estás embarazada para que pueda ayudarte con las modificaciones. Pide al profesor que sea discreto si aún no estás preparada para hacerlo público.

En tu estudio habitual

Los yoguis experimentados pueden seguir practicando en su estudio habitual. Esto es especialmente ideal si ofrecen clases de menor intensidad y prenatales. Además, es posible que ya conozcas a los instructores, lo que puede ser beneficioso para obtener recomendaciones personalizadas sobre las clases y las adaptaciones ideales para tu cuerpo.

Tenga en cuenta que, aunque no tenga náuseas matutinas, es posible que sus clases habituales le parezcan demasiado intensas. Al mismo tiempo, las clases prenatales pueden parecer demasiado suaves al principio del embarazo. Una solución es decidir qué clase tomar en un día determinado en función de lo que le parezca bien a su cuerpo en ese momento. También puedes empezar a incorporar algunas adaptaciones prenatales a tu práctica habitual.

A medida que avanza tu embarazo, puedes empezar a descubrir que las clases prenatales a las que asistes se adaptan cada vez más a tu cuerpo cambiante.

En una clase de yoga prenatal

Muchas mujeres embarazadas buscan formas de ejercicio de bajo impacto y pueden iniciarse en el yoga por primera vez. Lo mejor en esta situación es encontrar una clase de yoga prenatal en su estudio de yoga local.

Puedes empezar a asistir a clases prenatales tan pronto como quieras en tu embarazo. Sin embargo, si no te sientes bien, puede ser mejor esperar a empezar un régimen de yoga hasta que las náuseas matutinas hayan pasado, lo que suele ocurrir en el segundo trimestre.

En casa

Los practicantes de yoga en casa tienen muchas opciones disponibles en Internet. Si utilizas vídeos de yoga, consigue uno prenatal. Si planeas tus propias secuencias, empieza a incorporar las adaptaciones que te parezcan adecuadas para tu cuerpo. También puedes empezar a hacer saludos al sol prenatales.

El yoga restaurativo, una práctica que se centra en calmar y descansar la mente y el cuerpo, ofrece una opción de ejercicio profundamente relajante que es beneficiosa durante el embarazo tanto para los yoguis principiantes como para los experimentados.

Modificaciones y posturas a evitar

Muchas adaptaciones prenatales están diseñadas para acomodar una barriga grande y evitar la compresión del útero, cuestiones que empiezan a ser relevantes en el segundo trimestre. Durante el primer trimestre, el útero sigue siendo bastante pequeño y el feto está muy bien protegido por la pelvis y el líquido amniótico.

Por lo tanto, estar boca abajo en el suelo sigue estando bien. Sin embargo, si tienes náuseas matutinas, es mejor que evites esta posición, ya que podría desencadenar náuseas.

Los rápidos cambios hormonales (con aumentos de estrógeno, progesterona y relaxina, que relaja el sistema muscular) que se producen en el embarazo probablemente repercutan en tu práctica, afectando a tu equilibrio, flexibilidad y facilidad para entrar y salir de las posturas. Así que, incluso si eres una yogui experimentada, aborda cada postura con ojos nuevos y un poco de precaución, especialmente porque toda esa relaxina puede facilitar el estiramiento excesivo.

Si sientes alguna molestia, incluso en el primer trimestre, es posible que quieras evitar aquellas posturas que te resulten desagradables. Sobre todo, recuerda que no tienes que intentar avanzar en tu práctica, sino centrarte en estar más en sintonía con tu cuerpo y escuchar realmente lo que quiere hacer.

Salvo en el inusual caso de que tu médico te lo desaconseje, el yoga suele ser seguro durante el embarazo y puede iniciarse en el primer trimestre. El yoga prenatal puede ofrecer muchos beneficios durante el embarazo. Al igual que con todo el yoga, puedes y debes adaptar tu práctica para que se adapte a lo que tu cuerpo puede hacer -y necesita- en un día determinado.

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