Una investigación muestra la relación entre la pérdida de empleo durante la Gran Recesión y la caída de la natalidad en EE.UU.

Revisado por Kate Anderton, licenciada en ciencias (editora) 18 nov 2019

Un nuevo estudio publicado este mes en la revista Southern Economic Journal revela que la pérdida de empleo durante la Gran Recesión (2007-2009) puede ser en parte responsable del reciente descenso de la natalidad en Estados Unidos. Además, los investigadores descubrieron que las pérdidas de empleo de hombres y mujeres afectan a la fecundidad de manera diferente -al igual que la edad y el estado civil de las mujeres-, lo que arroja luz sobre los posibles factores de la caída de la tasa de natalidad en Estados Unidos, que ha ido disminuyendo desde 2007.

La economista Shamma Alam, catedrática adjunta de Estudios Internacionales del Dickinson College, y Bijetri Bose, de la Fielding School of Public Health de la UCLA, descubrieron que, en el caso de las parejas casadas o que convivían, la pérdida de empleo de los hombres cabeza de familia provocaba un descenso significativo de la fecundidad. En cambio, la pérdida de empleo de las mujeres cabeza de familia no afectaba a la probabilidad de nacer a corto o medio plazo. Sin embargo, las pérdidas de empleo de las mujeres solteras disminuyeron la probabilidad de nacimiento, y este efecto negativo sobre la fertilidad persistió a medio plazo, lo que ilustra aún más que la fertilidad de las mujeres solteras ha disminuido durante más tiempo en comparación con las parejas casadas. En conjunto, los datos muestran una relación entre las pérdidas de empleo y el descenso de la natalidad.

Los datos también revelan que las mujeres mayores de 40 años tienen más probabilidades de dar a luz tras perder el empleo: "Perder el trabajo, aunque genera estrés e incertidumbre, también puede conllevar tiempo adicional para cuidar de un hijo", afirma Alam. Los autores afirman que los datos muestran que el tiempo adicional tras la pérdida del empleo puede ser un factor que anime a las mujeres mayores a concebir, sobre todo teniendo en cuenta que la fertilidad disminuye con la edad.

Alam sugiere que una posible razón de que la pérdida de empleo masculina afecte más a la fertilidad que la femenina podría deberse a los ingresos: "Los hombres son tradicionalmente los principales generadores de ingresos en muchos hogares, por lo que perder una mayor proporción de los ingresos familiares podría hacer que las parejas retrasaran los nacimientos o tuvieran menos hijos", afirma Alam. Además, los investigadores observaron que las familias más pobres reducían más su fertilidad en comparación con las más ricas. En su opinión, esto se debe a que las familias más acomodadas tienen más ingresos o riqueza a la que recurrir en caso de pérdida del empleo.

El estudio analizó los datos durante la recesión, que duró de diciembre de 2007 a junio de 2009, y durante los cuatro años siguientes a la recesión. En el estudio, que es el primero que utiliza datos a más largo plazo de individuos y hogares sobre la fecundidad y la recesión, Alam y Bose analizaron datos del Panel Study of Income Dynamics, una encuesta nacional con información detallada sobre empleo, fecundidad y riqueza e ingresos de los hogares, que se viene realizando desde 1968.

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