Salud y bienestar de la mujer

Los hábitos de vida saludables promueven una vida más larga y agradable. Como ginecólogos-obstetras, no solo tratamos las enfermedades y los problemas de salud de las mujeres a medida que surgen, sino que educamos a nuestras pacientes sobre cómo prevenirlos.

Con la información adecuada, las mujeres pueden hacerse cargo de su salud en general, y confiar en sus médicos cuando sea necesario. Unas medidas relativamente sencillas para mantener una dieta sana, hacer ejercicio con regularidad y controlar la presión arterial, el colesterol y la salud de la piel pueden dar grandes resultados:

  • Peso corporal controlado
  • Huesos y músculos más fuertes
  • Buena salud reproductiva
  • Mejora de la salud mental
  • Reducción del riesgo de diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

A continuación se exponen algunos consejos generales para alcanzar y mantener una salud óptima.

Hablemos de la salud de la mujer. Concierte una cita para hablar de hábitos saludables o programe su próximo examen de rutina.

Hábitos de vida para una excelente salud femenina Mantener un peso corporal saludable

Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad es la principal causa de muerte evitable en todo el mundo. Provoca graves complicaciones de salud, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, artrosis y ciertos cánceres.

La obesidad se define como un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30. El IMC es una medida sencilla que utiliza una relación entre la altura y el peso corporal.

La obesidad no es el único problema de peso que puede afectar negativamente a la salud de una mujer. El sobrepeso (IMC = 25-29,9), pero no la obesidad, también conlleva mayores riesgos de sufrir muchos problemas de salud. Las mujeres también deben estar en guardia contra el bajo peso (IMC = <18,5), ya que también puede ser perjudicial para la salud en general.

Recuerde que el IMC es sólo un indicador y tiene algunas limitaciones. No puede medir el porcentaje de grasa corporal y no puede tener en cuenta ciertos factores que influyen en la composición corporal, como la edad y la masa muscular. El IMC tampoco es un indicador preciso de la obesidad en las mujeres embarazadas, ya que un cierto aumento de peso es parte normal de un embarazo saludable.

Otro indicador del riesgo para la salud relacionado con el peso es la relación cintura/cadera. La relación cintura/cadera puede obtenerse utilizando una cinta métrica y siguiendo estas instrucciones:

  • Medir la parte más estrecha de la cintura justo por debajo de la costilla más baja
  • Mida la parte más ancha de las caderas (alrededor de las nalgas)
  • Divida la medida de la cintura por la medida de la cadera.

En el caso de las mujeres, esta cifra debe ser inferior a 0,85. Una relación cintura/cadera superior a 0,85 indica un porcentaje de grasa corporal poco saludable y, por tanto, un mayor riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas.

Las mujeres con un IMC y/o una relación cintura/cadera elevados pueden mejorar su salud general reduciendo la ingesta de calorías y aumentando las calorías quemadas mediante la actividad y el ejercicio. Incluso una pequeña reducción de peso -tan sólo un 5%- puede reducir el riesgo de complicaciones de salud relacionadas con el peso.

Llevar una dieta rica en nutrientes y consciente de las calorías

El desarrollo de hábitos alimentarios saludables a lo largo de la vida es muy beneficioso para la prevención de enfermedades y el control del peso.

Toda mujer debe conocer sus necesidades calóricas diarias. Esto puede hacerse calculando la tasa metabólica basal (TMB). Se trata de una medida aproximada de las calorías que quema el cuerpo cada día, sin tener en cuenta la actividad física.

La TMB debe utilizarse junto con la ecuación de Harris Benedict. La ecuación de Harris Benedict aplica un cálculo de la actividad física de una mujer a su TMB para determinar el número aproximado de calorías que quema en un día determinado. La ecuación asigna un valor a los niveles de actividad, desde el sedentario hasta el extremadamente activo.

Por ejemplo, una mujer sedentaria multiplicaría su BMR por 1,2 para tener una idea aproximada de cuántas calorías debería consumir cada día para mantener su peso actual. Una mujer extremadamente activa multiplicaría por 1,9.

Una vez calculado el objetivo calórico, el desarrollo de hábitos saludables de ejercicio y alimentación puede ayudar a alcanzarlo. Las mujeres pueden seleccionar alimentos saludables siguiendo las últimas directrices dietéticas de la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud, que incluyen:

  • Coma muchas frutas y verduras enteras, centrándose en una variedad de colores y subgrupos para obtener una gama completa de vitaminas y otros nutrientes clave.
  • Obtenga al menos la mitad de los granos de cereales integrales como la cebada, el arroz integral, la avena y el pan de trigo integral.
  • Obtenga proteínas de diversas fuentes, centrándose en las carnes magras, el marisco, las alubias, las legumbres y la soja.
  • Evitar las grasas saturadas y centrarse en el consumo de grasas monoinsaturadas o poliinsaturadas, como las que se encuentran en el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado.
  • Evite los alimentos y bebidas que contengan azúcares añadidos.
  • Limitar el consumo de sodio a 2.300 mg/día (los alimentos procesados y enlatados suelen contener grandes cantidades de sodio).
  • Consumir alcohol con moderación (las mujeres no deben superar una bebida al día).

Hacer ejercicio con regularidad

Salud y bienestar de la mujer

Las Directrices de Actividad Física para los Estadounidenses del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. recomiendan al menos 2,5 horas de ejercicio de intensidad moderada cada semana para obtener beneficios medibles para la salud, lo que equivale a media hora de ejercicio cinco días a la semana. Algunos ejercicios aeróbicos de intensidad moderada son:

  • Caminar a paso ligero
  • Ciclismo (menos de 10 mph)
  • Aeróbic acuático
  • Bailar.

Los beneficios para la salud son mayores cuando el ejercicio semanal aumenta a 5 horas por semana de ejercicio moderadamente intenso o a 2,5 horas por semana de ejercicio vigoroso (o una combinación de ambos). Algunos ejercicios aeróbicos vigorosos son

  • Jogging
  • Ciclismo (a más de 15 km/h)
  • Caminar cuesta arriba
  • Saltar a la cuerda.

El ejercicio aeróbico debe ir acompañado de actividades de entrenamiento de fuerza, como el levantamiento de pesas o ejercicios de peso corporal (flexiones, dominadas, sentadillas, etc.)

Cuando se combina con una dieta saludable, el ejercicio regular beneficia la salud de la mujer al controlar el peso corporal, fortalecer los músculos y los huesos y mejorar la salud mental. También reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.

Controlar la salud del cuerpo Comprobar y controlar regularmente la presión arterial

La tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las venas y arterias. Se considera uno de los principales signos vitales, junto con la frecuencia cardíaca, los niveles de oxígeno, la frecuencia respiratoria y la temperatura corporal. Si la presión arterial alta no se controla durante un largo periodo de tiempo, puede provocar complicaciones graves y mortales, como un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.

La hipertensión arterial no suele causar ningún síntoma al principio, por lo que es muy importante realizar un seguimiento regular y un esfuerzo diligente para mantenerla controlada. La presión arterial se mide con dos cifras, que suelen presentarse en forma de fracción (por ejemplo, 116/78). La cifra superior (presión arterial sistólica) representa la presión ejercida mientras el corazón late, y la cifra inferior (presión arterial diastólica) es la presión ejercida entre latidos.

Guía de la presión arterial
120 y menos/80 y menos Tensión arterial saludable
121-139/81-89 Prehipertensión, acción necesaria para prevenir la hipertensión
140 y más/90 y más Hipertensión (presión arterial alta)

La presión arterial saludable debe ser inferior a 120 sistólica (la cifra superior) y a 80 diastólica (la cifra inferior). Las lecturas de presión de 121 a 139 sistólica y de 81 a 89 diastólica se denominan prehipertensión, lo que indica una gran probabilidad de que se desarrolle una presión arterial alta en ausencia de ajustes en el estilo de vida.

Cuando la presión arterial sistólica alcanza 140 o más y la diastólica 90 o más, el paciente es diagnosticado de hipertensión arterial.

Dependiendo de la gravedad y del tiempo que el paciente haya tenido la tensión arterial alta, el médico puede recetar medicamentos para controlarla. La presión arterial también puede reducirse con una dieta equilibrada y baja en sal, haciendo ejercicio regularmente, limitando el consumo de alcohol y manteniendo un peso corporal saludable.

Vigilar y controlar los niveles de colesterol y lípidos en sangre

Los adultos sanos mayores de 20 años deben hacerse análisis de sangre cada cinco años para controlar el colesterol y los lípidos. El colesterol es un componente importante del organismo, que desempeña un papel fundamental en la formación de las membranas celulares y las hormonas. Es transportado en el cuerpo por los lípidos, que son células grasas dentro de la sangre.

La mayor parte del colesterol es producido por el hígado, pero puede ser absorbido por ciertos alimentos, especialmente los que tienen un alto contenido de grasas saturadas.

Los niveles elevados de lípidos y de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) contribuyen a la acumulación de placas en las arterias, lo que puede dar lugar a complicaciones graves, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. El LDL suele conocerse como "colesterol malo". El colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) puede ayudar a eliminar la placa de las arterias y suele denominarse "colesterol bueno".

El análisis de sangre también medirá los triglicéridos, otro tipo de grasa en la sangre que puede contribuir a la acumulación de placa en las arterias.

Cuando una mujer revisa sus análisis de sangre con su médico, debe tener en cuenta los siguientes rangos de objetivos:

  • El colesterol total debe ser inferior a 200 mg/dl
  • El colesterol LDL debe ser inferior a 100 mg/dl
  • El colesterol HDL debe ser superior a 40 mg/dl
  • Los triglicéridos deben ser inferiores a 150 mg/dl.

El colesterol y los lípidos elevados pueden controlarse con medicamentos recetados y con cambios en el estilo de vida.

Proteger la piel

Cuando esté al aire libre, sobre todo en climas soleados como el de Colorado, es importante usar crema solar y ropa protectora. Las tasas de cáncer de piel han aumentado durante tres décadas. Es más común entre las personas mayores, pero a veces puede verse en adultos jóvenes (sobre todo en mujeres jóvenes).

He aquí algunos consejos importantes para proteger la piel y prevenir el cáncer de piel:

  • Cuando compre un protector solar, busque ingredientes activos de óxido de zinc o parasol y protección contra los rayos UVA y UVB.
  • Aplique generosamente el protector solar media hora antes de salir al sol.
  • Vuelva a aplicarlo después de meterse en el agua, o cada dos o tres horas cuando no esté en el agua.
  • Utilice un sombrero, gafas de sol y ropa protectora.

Exámenes ginecológicos de rutina

Los exámenes rutinarios realizados por un ginecólogo deberían formar parte del estilo de vida saludable de toda mujer. Además del examen anual de la mujer sana, que toda mujer mayor de 18 años debe recibir una vez al año, el tipo y la frecuencia de los exámenes pueden variar en función de la edad y los factores de riesgo de la mujer. Los exámenes ginecológicos controlan la salud reproductiva de la mujer y pueden prevenir o detectar ciertos tipos de cáncer.

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