El segundo trimestre del embarazo: Dolor, sangrado y flujo

El segundo trimestre del embarazo: Dolor, sangrado y flujo

Dolor, hemorragia y secreción

Durante el segundo trimestre de embarazo es normal sentir algo de dolor o molestias. Los manchados y las cantidades muy pequeñas de sangre también pueden ser inofensivos. Sin embargo, hay ciertos tipos de dolor, sangrado y flujo vaginal que no debes ignorar.

Aprenda a distinguir entre los problemas normales del embarazo y los problemas médicos graves.

Síntomas médicos de urgencia durante el segundo trimestre

Hay una serie de situaciones durante el embarazo que exigen atención médica. Si experimentas los síntomas que se indican a continuación, no dudes en llamar a tu médico o acudir a urgencias.

Cuándo buscar atención médica de urgencia

Busque siempre atención médica de urgencia si experimenta los síntomas de un aborto espontáneo. Los síntomas de un aborto espontáneo son los siguientes

  • sangrado vaginal suficiente para empapar más de una compresa menstrual
  • Dolor intenso en el abdomen o la región pélvica.
  • coágulos o grumos de tejido (normalmente de color gris o rosa) expulsados por la vagina

Si expulsas coágulos o grumos por la vagina, intenta guardar el tejido en un frasco o bolsa de plástico para entregárselo al médico para que lo analice. Así podrá determinar la causa del problema.

Existen tres tipos de aborto espontáneo.

Si ha habido amenaza de aborto, se ha producido una hemorragia antes de las 20 semanas de embarazo sin dilatación cervical ni expulsión de ninguna de las partes del feto.

Si se ha completado un aborto espontáneo, se ha producido la expulsión completa de las partes fetales de su cuerpo.

Si se ha producido un aborto espontáneo incompleto, se ha producido una expulsión parcial de las partes fetales antes de las 20 semanas. En el caso de abortos espontáneos incompletos, el siguiente paso puede ser dejar que los productos restantes del embarazo salgan de forma natural o realizar una dilatación y legrado.

Nota: Si has abortado antes y notas hemorragias o calambres, debes buscar atención médica de urgencia.

Acuda siempre a urgencias si experimenta los síntomas de un embarazo ectópico (un embarazo fuera del útero). Los síntomas de un embarazo ectópico son:

  • calambres y dolor cólico (espasmódico) con sensibilidad asociada
  • dolor que comienza en un lado y se extiende por todo el vientre
  • dolor que empeora al defecar o toser
  • sangrado ligero o manchado de color marrón, constante o intermitente, que precede al dolor en semanas
  • uno de los síntomas anteriores combinado con náuseas y vómitos, dolor en el hombro, debilidad o mareo, o presión rectal
  • pulso rápido y débil, sensación de turbidez, desmayo y dolor agudo (estos síntomas pueden aparecer si el embarazo ectópico se encuentra en la trompa de Falopio y ésta se rompe, provocando un shock séptico)
Cuándo llamar al médico

No siempre es necesaria la atención urgente. Sin embargo, algunos signos requieren la evaluación de un médico. Llama siempre a tu médico si experimentas signos de aborto espontáneo. Los primeros signos de aborto son:

  • calambres y dolor en el centro del abdomen con sangrado vaginal
  • dolor intenso o dolor que dura más de un día (incluso sin hemorragia)
  • sangrado tan abundante como una menstruación
  • manchado que dura tres días o más
Dolor

Aunque puede que no experimentes una urgencia, probablemente habrá momentos durante tu embarazo en los que te sientas incómoda o dolorida. Muchas mujeres tienen dolor durante el segundo trimestre incluso cuando no hay ningún problema médico.

El dolor abdominal, el dolor de espalda, los dolores de cabeza, los calambres en las piernas y el dolor de manos no siempre son señal de un problema. Aprender a identificar y aliviar estas molestias normales te ayudará durante todo el embarazo.

Dolor abdominal

El dolor abdominal puede ser un síntoma normal del embarazo o un signo de algo grave, como un parto prematuro o un embarazo ectópico. Es importante que avises a tu médico cuando sientas cualquier tipo de dolor abdominal, por la posibilidad de que se produzca una complicación grave.

Cuando sientes dolor en el abdomen durante el segundo trimestre, suele estar relacionado con la tensión de los ligamentos y músculos de la pelvis. Estos se estiran a medida que el útero se expande para sostener al bebé en crecimiento.

Si te mueves con rapidez, puedes sufrir un "tirón" de ligamento o músculo. Puede sentir una punzada dolorosa en la pelvis o un calambre en el costado que puede durar varios minutos. Este tipo de dolor no es perjudicial ni para ti ni para tu bebé.

A veces el dolor abdominal está relacionado con embarazos o intervenciones quirúrgicas anteriores. Si te has sometido a una intervención quirúrgica por infertilidad o a otro tipo de cirugía abdominal, es posible que experimentes dolor por la tracción de los restos de tejido cicatricial (adherencias).

Las mujeres embarazadas también pueden padecer los mismos tipos de infecciones abdominales que las demás mujeres. Las infecciones que pueden causar dolor abdominal incluyen:

  • colecistitis (inflamación de la vesícula biliar)
  • apendicitis (inflamación del apéndice)
  • hepatitis (inflamación del hígado)
  • pielonefritis (infección renal)
  • neumonía (infección pulmonar)

A veces estas enfermedades son más difíciles de diagnosticar durante el embarazo porque la localización del dolor característico de cada una de ellas se ha desplazado. Esto ocurre cuando el útero en crecimiento empuja los órganos cercanos fuera de su camino.

Si experimentas un dolor intenso que no parece estar en el útero, muéstrale o dile a tu médico dónde se localiza exactamente el dolor. Si tienes una de las infecciones mencionadas, es posible que necesites antibióticos o cirugía para solucionar el problema.

Advertencia: Si experimentas contracciones regulares o dolorosas en la pelvis o el abdomen, llama inmediatamente al médico. Pueden ser un signo de parto prematuro.

Dolor de espalda

El dolor de espalda es muy frecuente durante el embarazo. Las hormonas del embarazo hacen que las articulaciones de la pelvis se vuelvan blandas y laxas en preparación para el parto. A medida que el útero aumenta de tamaño en el segundo trimestre, el centro de gravedad cambia.

Empiezas a llevarte de forma diferente para acomodar el peso. Además, los músculos abdominales pueden separarse al presionar el útero contra ellos, lo que debilita la pared abdominal. Todos estos factores pueden contribuir al dolor de espalda, la tensión y las molestias.

He aquí cómo puede mejorar el dolor de espalda:

  • Practica una buena postura al estar de pie (hombros hacia atrás, pelvis hacia dentro) y sentado (eleva ligeramente los pies e intenta evitar cruzar las piernas).
  • Levántate de vez en cuando cuando estés mucho tiempo sentado.
  • Levanta objetos pesados doblando las rodillas en lugar de la cintura.
  • Intente no coger objetos por encima de la cabeza.
  • Duerma sobre el lado izquierdo, doblando las caderas y las rodillas, y coloque una almohada entre las piernas para reducir la presión sobre la espalda.
  • Fortalezca los músculos del estómago. Una de las claves de una espalda fuerte es un abdomen fuerte.
  • Hable con su médico. Es posible que necesites utilizar un corsé ortopédico o algún otro tipo de soporte para aliviar la presión sobre la espalda.

Advertencia: Si tienes dolor lumbar acompañado de dolor al orinar, es posible que tengas una infección de vejiga o de riñón. El dolor de espalda bajo, sordo y constante puede ser un signo de parto prematuro. Un dolor de espalda intenso acompañado de sangrado o flujo vaginal también puede indicar un problema grave. Llame inmediatamente a su médico si experimenta alguno de estos síntomas.

Dolores de cabeza

Muchas mujeres sufren dolores de cabeza frecuentes durante el embarazo. Es posible que sigas experimentando dolores de cabeza que empezaron durante el primer trimestre o que estén empezando ahora.

Los cambios hormonales, la tensión, la fatiga, el hambre y el estrés son los culpables. Intenta relajarte, descansar y comer con regularidad. También puedes intentar aliviar los dolores de cabeza de las siguientes maneras:

  • Si tienes dolor de cabeza sinusal, aplica compresas calientes en las zonas sinusales de la cabeza. Esto incluye ambos lados de la nariz, el centro de la frente y las sienes.
  • Si el dolor de cabeza se debe a la tensión, aplica compresas frías en la nuca.
  • Aprenda ejercicios de relajación, como cerrar los ojos e imaginarse en un lugar tranquilo. Reducir el estrés es un componente clave de un embarazo saludable. Considera la posibilidad de llamar a un consejero o a un terapeuta si lo necesitas.

Habla con un médico antes de empezar a tomar analgésicos. Esto es importante incluso si tomabas analgésicos sin receta antes de quedarte embarazada.

Entre los medicamentos habituales para el dolor de cabeza se encuentran el ibuprofeno (Motrin), la aspirina (Bufferin), el paracetamol (Tylenol) y el naproxeno sódico (Aleve).

El paracetamol es probablemente la opción más segura durante el embarazo, pero no tomes pastillas durante el embarazo a menos que tu médico te lo haya indicado específicamente.

Advertencia: Llame a su médico si el dolor de cabeza es especialmente intenso o dura más de unas horas. Fíjese también si el dolor de cabeza va acompañado de fiebre, hinchazón de la cara y las manos, mareos, náuseas o cambios en la visión. Pueden ser signos de preeclampsia u otra complicación grave.

Calambres en las piernas

Aunque nadie sabe exactamente qué los provoca, los calambres en las piernas son frecuentes en el segundo y tercer trimestre. Las posibles causas pueden ser que no consumas suficiente calcio, que tu dieta contenga demasiado fósforo o que estés cansada.

Puede ser que el útero esté presionando los nervios que van a las piernas. Sea cual sea la causa, es posible que te despiertes en mitad de la noche con molestos calambres.

Puedes evitar o deshacerte de los calambres de la siguiente manera:

  • ejercitar las pantorrillas
  • mantenerse hidratado
  • alternar entre estar sentado y de pie
  • llevar medias de sujeción
  • llevar un calzado cómodo y de apoyo
  • flexionar el tobillo y los dedos del pie hacia arriba con la rodilla estirada para detener los calambres
  • masajear o aplicar una compresa caliente en la pierna con calambres
  • hablar con el médico para reducir la cantidad de fósforo en la dieta, disminuyendo alimentos como la leche o la carne
  • asegúrate de ingerir suficiente calcio (comiendo cereales enriquecidos o espinacas) y magnesio (comiendo alubias o chocolate semidulce).

Advertencias: Informe a su médico si los calambres le resultan especialmente dolorosos, no desaparecen, provocan hinchazón, están calientes al tacto o cambian el color de la piel de la pierna (a blanco, rojo o azul). Es posible que tenga un coágulo de sangre en una vena de la pierna que deba tratarse. Esto se conoce como trombosis venosa profunda, y sin tratamiento puede ser mortal. Consulte a un médico inmediatamente.

Dolor y entumecimiento en la mano

El entumecimiento y el dolor en el pulgar, el índice, el dedo corazón y la mitad del anular pueden ser un signo del síndrome del túnel carpiano.

Por lo general, esta afección se diagnostica en personas que realizan regularmente tareas repetitivas, como escribir a máquina o tocar el piano, pero también es frecuente en mujeres embarazadas.

Durante el embarazo, el túnel que rodea el nervio de estos dedos puede inflamarse, provocando hormigueo, entumecimiento y dolor. Por la noche, después de que el brazo haya estado colgando del costado todo el día, los síntomas pueden empeorar debido a la gravedad.

Sacudir el brazo cuando experimente los síntomas del túnel carpiano puede ayudarle. Como alternativa, puedes hablar con tu médico sobre entablillar la muñeca o tomar vitamina B-6.

El entumecimiento y el hormigueo en la mano también pueden deberse a una mala postura. Si los hombros se caen y la cabeza se echa hacia delante, se ejerce presión sobre los nervios que hay bajo los brazos, lo que provoca hormigueo.

Practica la bipedestación con la cabeza y la columna erguidas. También son importantes un sujetador de apoyo y un reposo en cama adecuado.

Sangrado

El sangrado puede ser un síntoma alarmante durante el embarazo. En algunos casos, las hemorragias pueden ser inofensivas. Puede ocurrir cuando las hormonas del embarazo hacen que desarrolles vasos sanguíneos más sensibles y dilatados.

En otros casos, las hemorragias pueden indicar un problema grave con el embarazo. Si experimentas alguna hemorragia, llama a un médico para que te aconseje.

Sangrado vaginal

El sangrado leve o manchado (que puede ser marrón, rosa o rojo) durante el segundo y tercer trimestre no suele ser motivo de preocupación. Suele producirse como resultado de una interferencia con el cuello uterino durante las relaciones sexuales o un tacto vaginal.

Durante el segundo trimestre pueden producirse secreciones de color rosa o marrón. La causa son pequeñas cantidades de sangre que salen del cuerpo con el flujo normal.

Sin embargo, una hemorragia vaginal parecida a la regla puede ser un signo preocupante que requiere atención médica inmediata. Los coágulos de sangre o los grumos de tejido en la sangre pueden ser síntomas de un aborto espontáneo.

Por este motivo, nunca debe ser usted quien juzgue qué es una hemorragia normal o anormal. En su lugar, llame a su médico.

Si la hemorragia es abundante o va acompañada de dolor, llama inmediatamente a tu médico. Si es irregular, puedes llamar en algún momento del día. Las hemorragias graves suelen estar causadas por placenta previa, parto prematuro o aborto espontáneo tardío.

Hemorragia rectal y hemorroides

La hemorragia rectal no es tan preocupante como la vaginal y suele ser un signo de hemorroides o fisura anal. El sangrado rectal también puede ser un signo de algo más grave. Debes hablar con tu médico si experimentas este síntoma.

El sangrado rectal puede significar que tiene hemorroides, ya sean externas o, con menor frecuencia, internas. Las hemorroides aparecen hasta en la mitad de las mujeres embarazadas. Son venas varicosas del recto y pueden causar dolor, picor y sangrado, que a menudo empeoran con el estreñimiento.

Las hemorroides se deben a que la progesterona actúa sobre las paredes de las venas rectales, provocando su relajación y dilatación. A medida que avanza el embarazo y el útero presiona estas venas, el flujo sanguíneo se ralentiza y las venas se dilatan aún más.

Los apretones y el estreñimiento pueden empeorar las hemorroides. Reír, toser, hacer esfuerzos e ir al baño pueden hacer que las hemorroides sangren.

Si el sangrado rectal no está causado por hemorroides, puede deberse a una fisura anal, una grieta en la piel que recubre el canal anal. Las fisuras anales suelen estar causadas por el estreñimiento. Las fisuras son muy dolorosas, sobre todo durante el esfuerzo de defecar.

Las hemorroides y las fisuras anales pueden provocar la aparición de manchas de sangre marrón, rosa o roja en la ropa interior o el papel higiénico. Si el sangrado es abundante o continuo, pide consejo a un médico.

Si te diagnostican hemorroides o una fisura anal, debes hacer lo siguiente:

  • Intente evitar el estreñimiento manteniéndose bien hidratado y con una dieta rica en fibra.
  • Intente aliviar la presión sobre las venas del recto durmiendo de lado, no permaneciendo de pie ni sentada durante largos periodos de tiempo y no tardando demasiado ni haciendo esfuerzos al ir al baño.
  • Tome baños de asiento calientes hasta dos veces al día. Los baños de asiento son recipientes que se colocan en el inodoro y se llenan de agua caliente en la que se sumerge el ano.
  • Calme las hemorroides con bolsas de hielo o hamamelis, y sólo utilice medicamentos tópicos si se los receta su médico. El médico también puede recetarle ablandadores de heces o un laxante.
  • Practica una buena higiene limpiándote bien después de defecar (de delante hacia atrás) y manteniéndote limpio.
  • Utilice sólo papel higiénico blanco y sin perfume.
  • Realice ejercicios de Kegel para mejorar la circulación de la zona.

Advertencias: El sangrado rectal masivo puede ser un problema grave. Puede estar causado por embarazos ectópicos o problemas internos graves. Acude inmediatamente al médico si sangras abundantemente por el ano.

Hemorragias nasales y congestión nasal

Como muchas de las molestias del embarazo, se cree que la congestión nasal y las hemorragias nasales se deben en gran parte a los estrógenos y la progesterona. Estas hormonas provocan un aumento del flujo sanguíneo y la inflamación de los vasos sanguíneos de las membranas mucosas.

Sobre todo en climas fríos y secos, puede sentirse más congestionada de lo normal. También puede sangrar por la nariz con más frecuencia que antes de quedarse embarazada.

Puede probar lo siguiente para aliviar los síntomas nasales:

  • Utiliza un humidificador para ayudar con la sequedad que puede empeorar los síntomas.
  • Suénese suavemente la nariz cerrando una fosa nasal mientras se suena por la otra.
  • Frena las hemorragias nasales inclinándote hacia delante y aplicando una suave presión en la nariz. Pruebe a apretarla con el pulgar y el índice durante cinco minutos. Repite la operación si es necesario.
  • Llame al médico si la hemorragia no se detiene, o es intensa o frecuente.
  • Busca atención médica de urgencia si la congestión nasal te dificulta la respiración.

Los mismos cambios en las hormonas y los vasos sanguíneos que provocan la hemorragia nasal pueden causar sensibilidad en las encías. Si te sangran al usar el hilo dental o al cepillarte los dientes, prueba a usar un cepillo más suave.

Acude al dentista si sangras mucho o sientes mucho dolor al usar el hilo dental o cepillarte los dientes. Los problemas dentales graves pueden ser señal de otros problemas de salud que pueden complicar el embarazo.

Flujo

Muchas mujeres experimentan distintos tipos de flujo durante el segundo trimestre. Presta atención al color, olor, cantidad y frecuencia del flujo vaginal o anal. Algunos tipos de flujo pueden indicar una infección que requiere atención o tratamiento médico.

Flujo vaginal

A medida que avanza el embarazo, es posible que notes un aumento del flujo vaginal. Normalmente, tiene aspecto de clara de huevo, es lechoso y un poco oloroso. Puede recordarte al flujo premenstrual, sólo que un poco más abundante y frecuente.

Este flujo es totalmente normal y no es más que otro cambio que experimenta tu cuerpo en respuesta a las hormonas del embarazo y al aumento del flujo sanguíneo en la zona. Puedes usar salvaslips o cambiarte de ropa interior más a menudo de lo habitual si te molesta el flujo.

Aunque el tipo de flujo descrito anteriormente es normal, hay algunos tipos de flujo que pueden significar que tienes una infección.

La candidiasis vulvovaginal, o infección por hongos, es muy frecuente durante el embarazo. Los signos son una secreción espesa, parecida al requesón, acompañada de picor, enrojecimiento y ardor, así como dolor al mantener relaciones sexuales y al orinar.

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) también pueden aparecer durante el embarazo y, dado que muchas de ellas pueden afectar al feto, es importante tratarlas.

Es posible que padezca una enfermedad que requiera tratamiento si se cumple alguna de las siguientes condiciones:

  • La secreción tiene aspecto de pus.
  • La secreción es amarilla, verde o tiene mal olor.
  • Notas una sensación de quemazón al orinar.
  • Los labios están rojos, hinchados o pican.

A diferencia de los signos de infección, las secreciones acuosas claras o rosáceas pueden ser un signo de rotura prematura de la bolsa amniótica.

La rotura de la bolsa puede provocar un hilillo de secreción acuosa o un torrente de mucho líquido acuoso por la vagina. Esto se conoce comúnmente como romper aguas antes de que comience el parto.

Advertencia: Si experimentas un goteo constante o un chorro de flujo acuoso durante el segundo trimestre, llama al médico inmediatamente. Puede ser un signo de parto prematuro o de rotura de la bolsa amniótica.

Secreción rectal

Además del sangrado rectal, algunas mujeres pueden presentar secreción anal durante el embarazo. La secreción rectal puede deberse a ITS, problemas intestinales y gastrointestinales o heridas físicas en el recto. Si experimentas secreción rectal, consulta a un médico.

La gonorrea, la clamidia y otras infecciones que pueden transmitirse por contacto sexual pueden causar una infección en el ano. Estas infecciones pueden causar lesiones o llagas que sangran. Además, pueden provocar secreciones malolientes, verdes o amarillas y espesas.

Puede ser doloroso limpiarse o ir al baño. Si tienes estos síntomas, consúltalos con un médico. Si no se tratan, pueden causar graves problemas al bebé. La mayoría de las ITS pueden tratarse con antibióticos.

Algunas mujeres embarazadas pueden experimentar secreción anal debido a problemas intestinales o trastornos gastrointestinales. Esto puede provocar secreciones mucosas o acuosas por el ano.

Ciertos problemas gastrointestinales o intoxicaciones alimentarias también pueden causar diarrea frecuente o materia fecal con colores o texturas inusuales. Informe a su médico de cualquier característica inusual de sus deposiciones. Algunas afecciones requieren tratamiento inmediato.

Por último, si tiene una hemorroide o fisura anal que se ha infectado, puede notar una secreción rectal inusual. Las heridas infectadas pueden provocar secreciones marrones, amarillas, verdes o blancas.

Una herida de este tipo puede o no tener mal olor. Las llagas infectadas suelen ser muy dolorosas y requieren atención médica. Consulte a un médico para recibir tratamiento si experimenta una secreción anal de esta naturaleza.

Secreción por el pezón

Muchas mujeres experimentan secreción por uno o ambos pezones durante el segundo trimestre del embarazo. La sensibilidad mamaria y los cambios de color del pezón también son frecuentes durante el embarazo.

La secreción es más frecuente en mujeres que ya han dado a luz. La secreción del pezón suele ser transparente, lechosa o amarillenta.

Normalmente, la secreción de los pezones no es un signo de problema, a menos que se presenten los siguientes síntomas:

  • El pezón cambia de tamaño o se invierte.
  • El pezón está seco, agrietado o duele.
  • El pezón presenta una erupción o nuevas protuberancias.
  • La secreción es fétida, sanguinolenta, verde o marrón.

Si no estás segura de si la secreción de tu pezón es normal, consulta a tu médico.

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