Cómo promover prácticas dietéticas saludables entre las mujeres supervivientes de cáncer con problemas de fertilidad

Revisado por Danielle Ellis, B.Sc. Ago 30 2023

El diagnóstico de cáncer puede aumentar el riesgo de infertilidad en las mujeres jóvenes. Aunque se ha comprobado que el consumo de una dieta sana -que incluya cereales integrales, fruta, verdura y ácidos grasos saludables- mejora tanto la fertilidad como la supervivencia al cáncer, más del 90% de las jóvenes supervivientes de cáncer no cumplen las recomendaciones dietéticas y tienen dietas ricas en grasas y bajas en fruta y verdura. Investigadores de la Facultad de Enfermería y Profesiones de la Salud de la Universidad de Drexel estudiaron los obstáculos y las formas de promover prácticas dietéticas saludables entre las mujeres supervivientes de cáncer con problemas de fertilidad.

Recientemente publicado en Integrative Cancer Therapies, los investigadores llevaron a cabo entrevistas en profundidad con jóvenes mujeres supervivientes de cáncer con problemas de fertilidad para recopilar información sobre su ingesta dietética y ayudar a informar sobre el desarrollo de intervenciones dietéticas para esta población.

Está claro que existen barreras para estas mujeres jóvenes que no pueden cumplir las recomendaciones dietéticas saludables. Sin embargo, hasta la fecha, ningún estudio ha investigado las barreras relacionadas con la nutrición para las mujeres supervivientes de cáncer que experimentan problemas de fertilidad."

Brandy-Joe Milliron, PhD, profesora asociada y autora correspondiente del estudio

Además de las entrevistas en profundidad, 20 mujeres supervivientes de cáncer en edad reproductiva hicieron tres recuentos dietéticos de 24 horas -un autoinforme de los alimentos y bebidas que habían consumido el día anterior- para evaluar la calidad de sus dietas según el Índice de Alimentación Saludable (2015) y el grado de cumplimiento de las Guías Alimentarias para los Estadounidenses. Los investigadores realizaron un seguimiento de algunos participantes en grupos de discusión para garantizar que los significados y las perspectivas de los participantes fueran precisos.

En general, las mujeres del estudio informaron de que su dieta era de mala calidad, y de los datos se desprenden cuatro obstáculos principales para seguir una dieta sana:

  1. Retos de la conciliación de la vida laboral y familiar
  2. Fatiga relacionada con el tratamiento
  3. La orientación dietética, si se proporcionaba, era demasiado rígida para que la siguieran
  4. Falta de recursos nutricionales y orientación mínima adaptada a sus necesidades específicas durante el tratamiento y en la vida posterior al mismo.

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A pesar de estas barreras, el equipo de investigación identificó varios facilitadores de la alimentación saludable, especialmente entre los participantes con dietas de mayor calidad. Entre ellos se encontraban el fomento de la confianza entre los pacientes y su proveedor de atención sanitaria, la identificación de una gran motivación para mejorar los comportamientos relacionados con la nutrición y el reconocimiento de los beneficios adicionales de la nutrición y de una dieta saludable.

El equipo de investigación señaló que los hallazgos no son generalizables, y que las investigaciones futuras deben continuar investigando y explorando las necesidades únicas relacionadas con la nutrición y el bienestar de las jóvenes supervivientes de cáncer con diversos orígenes raciales y étnicos, educativos y socioeconómicos y a través de diferentes tipos de cáncer y tratamientos.

Recomiendan que los programas e intervenciones de nutrición para mujeres supervivientes de cáncer utilicen estrategias y herramientas basadas en la evidencia, como la entrevista motivacional, el autocontrol y el apoyo social. Las intervenciones personalizadas deben adaptarse a los horarios de trabajo de las mujeres para mejorar la adherencia, y los recursos de educación culinaria pueden ayudar a mejorar la confianza de las supervivientes en la cocina, la motivación y la gestión de la fatiga.

"Las intervenciones nutricionales que pretenden reforzar el tratamiento de la fertilidad pueden optimizarse si se tienen en cuenta y se abordan las barreras y los facilitadores durante la fase de desarrollo", afirmó Milliron.

Además de Milliron, entre los coautores figuran la autora principal, Cynthia Klobodu, PhD, de la Universidad Estatal de California, Chico; Jonathan Deutsch, PhD, Kathleen Fisher, PhD, Jennifer A. Nasser, PhD, y Dahlia Stott, de la Universidad Drexel; y Mara Vitolins, DrPH de la Universidad Wake Forest.

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