Una nueva herramienta de IRM permite distinguir entre quistes ováricos malignos y benignos con un 90% de precisión

Unos investigadores han desarrollado una nueva herramienta de resonancia magnética capaz de identificar casos de cáncer de ovario difíciles de diagnosticar con los métodos habituales.

La herramienta ha arrojado resultados alentadores en un estudio clínico y su impacto en la gestión y los resultados de las mujeres con cáncer de ovario se evaluará ahora en un importante ensayo en 18 hospitales del Reino Unido, entre ellos el Imperial College Healthcare NHS Trust.

La herramienta es capaz de distinguir entre quistes ováricos malignos y benignos con una precisión del 90%, en casos que no pueden distinguirse mediante ecografía. La han desarrollado investigadores dirigidos por la profesora Isabelle Thomassin-Naggara, de la Universidad APHP-Sorbona, junto con la profesora Andrea Rockall, del Imperial College de Londres.

En la actualidad, para investigar posibles casos de cáncer de ovario los médicos utilizan ecografías y análisis de sangre. Sin embargo, en una cuarta parte de los casos estos métodos no permiten determinar con seguridad si el quiste de una paciente es benigno o maligno. Esto lleva a realizar investigaciones quirúrgicas, que son invasivas y conllevan riesgos, como la posible pérdida de fertilidad. En la mayoría de los casos se diagnostica un quiste benigno.

El equipo cree que la nueva herramienta puede utilizarse como prueba de triaje para decidir si los pacientes necesitan más seguimiento o tratamiento. También creen que los resultados del estudio, publicado en la revista JAMA Network Open, podrían ayudar a estratificar a los pacientes de alto riesgo para que puedan recibir tratamiento en una fase mucho más temprana.

La profesora Andrea Rockall, autora principal del estudio y catedrática de Radiología del Imperial College de Londres, declaró

El cáncer de ovario se conoce como el "asesino silencioso", ya que a menudo se diagnostica en una fase avanzada de la enfermedad. Cuando se diagnostica antes, las probabilidades de supervivencia son mucho mayores.

Existe una verdadera necesidad clínica insatisfecha de encontrar formas menos invasivas de identificar a las mujeres con riesgo de cáncer de ovario. Nuestra herramienta tiene el potencial de ayudar a clasificar a las pacientes de bajo riesgo para que puedan disponer de opciones de tratamiento menos invasivas, así como de identificar a las pacientes de alto riesgo para que puedan recibir tratamiento en una fase más temprana y tener más posibilidades de supervivencia a largo plazo."

El cáncer de ovario es el sexto cáncer más frecuente en la mujer y suele afectar a mujeres después de la menopausia o con antecedentes familiares de la enfermedad. En el Reino Unido se producen 6.000 nuevos casos de cáncer de ovario al año, pero la tasa de supervivencia a largo plazo es de sólo el 35-40%, ya que la enfermedad suele diagnosticarse en una fase tardía, una vez que aparecen síntomas como la hinchazón abdominal. La detección precoz de la enfermedad podría mejorar las tasas de supervivencia.

En la actualidad, para investigar posibles casos de cáncer de ovario, los médicos utilizan una ecografía de la pelvis que muestra los ovarios, el útero y las estructuras circundantes. Buscan quistes en los ovarios y, si parecen sospechosos, remiten a la mujer a otras pruebas. Los médicos también utilizan un análisis de sangre para detectar una sustancia llamada CA125, que indica la presencia de cáncer. Estos métodos son eficaces para diferenciar la mayoría de los quistes benignos de los malignos. Sin embargo, en el 20-25% de los casos, la ecografía no puede determinar con seguridad si un quiste es maligno o benigno.

Cuando esto ocurre, los pacientes pueden tener que someterse a una intervención quirúrgica para confirmar si el quiste es maligno o benigno. Esta intervención es invasiva y la mayoría resultan ser benignos. En algunos casos leves, también puede provocar la pérdida de fertilidad en pacientes jóvenes.

Si se pudiera conocer la naturaleza de los quistes antes de la intervención quirúrgica, los pacientes podrían beneficiarse de un abordaje quirúrgico o un seguimiento más limitados, lo que les evitaría riesgos adicionales y reduciría costes innecesarios para el SNS.

En el nuevo estudio, los investigadores analizaron la eficacia de una herramienta denominada Resonancia Magnética del Sistema de Información de Anexos Ováricos (O-RADS MRI) para identificar el riesgo de malignidad en quistes ováricos que no podían clasificarse mediante ecografía en 1340 mujeres. El estudio se llevó a cabo entre marzo de 2013 y marzo de 2016 en 15 centros de toda Europa, incluido el Hospital Hammersmith, perteneciente al Imperial College Healthcare NHS Trust.

Cada paciente se sometió a un examen rutinario de RM pélvica en el que se buscaron características particulares de los quistes que no podían identificarse durante una ecografía, como cambios en la estructura del tejido. Los investigadores desarrollaron una puntuación de estratificación del riesgo que clasificaba los quistes en cinco categorías. Los radiólogos utilizaron esta herramienta para puntuar los quistes.

Una puntuación de uno a tres se identificaba como sin masa o benigna y una puntuación entre cuatro y cinco se consideraba de alto riesgo. A continuación, las mujeres se sometieron a los cuidados estándar apropiados, como cirugía si se identificaban como de alto riesgo o un seguimiento de dos años si sus quistes eran benignos.

Un equipo de radiólogos también analizó los historiales médicos y las ecografías de los pacientes para comparar la herramienta.

El equipo descubrió que el sistema superaba a los métodos actuales y tenía una precisión del 90% en la identificación de quistes malignos y benignos.

El equipo también descubrió que en los pacientes que obtuvieron una puntuación de dos o tres el riesgo de tumor maligno era muy bajo. Los investigadores creen que estos pacientes pueden tomar una decisión informada, con el apoyo de sus médicos, para someterse a un enfoque mínimamente invasivo hacia su tratamiento, como una estrecha vigilancia y seguimiento en lugar de la cirugía.

Noticias relacionadas