Nuevos avances en fertilidad: estudios de ovulación

ovulación

La ovulación es uno de los componentes más importantes que los especialistas tienen en cuenta cuando se trata de evaluar a una pareja que no consigue tener hijos, después de intentarlo durante al menos uno año. En este sentido, se han producido nuevos avances en lo que a fertilidad se refiere, con diferentes técnicas que permiten realizar estudios sobre la ovulación de una mujer.

No existen signos físicos que demuestren si se está produciendo o no la ovulación, sólo se puede confirmar a través de pruebas directas e indirectas.

Directas

Las pruebas directas son aquellas que permiten la visualización del proceso de ruptura folicular o la evidencia de que ha habido ovulación. Existen dos métodos: el ultrasonido de alta resolución o la laparoscopia. El ultrasonido consiste en una ecosonografía transvaginal en la que se puede observar si hay bordes irregulares o si existe líquido folicular en la pelvis, signo que confirma la ovulación. La laparoscopia es un instrumento óptico que se introduce en el abdomen y que permite ver si ha habido ruptura folicular.

Indirectas

Cuando se produce la ovulación, aumentan los niveles de progesterona. Esta hormona tiene un efecto estimulante sobre el centro del cerebro que controla la temperatura, y que provoca que ésta aumente entre 0,3 y 0,5º por encima de la temperatura habitual.

Además de estos pruebas directas e indirectas también se han producido otros nuevos avances en fertilidad en lo que a estudios de ovulación se refiere, como los test de planificación del embarazo, que permiten determinan exactamente los días en las que la hormona responsable de la ovulación está presente en tu organismo para aumentar tus posibilidades de concebir.  

Estos nuevos avances en fertilidad que permiten realizar estudios de ovulación, pueden determinar algunas de las causas por las que una pareja no consigue tener un bebé y establecer así el tratamiento más adecuado para intentar solucionarlo.

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