Los contaminantes atmosféricos pueden dañar el desarrollo cardiovascular del feto

Revisado por Alina Shrourou, licenciada en ciencias (editora) 11 mar 2019

Las partículas microscópicas de la contaminación atmosférica inhaladas por las mujeres embarazadas pueden dañar el desarrollo cardiovascular del feto, según un estudio realizado por investigadores de Rutgers.

Las conclusiones del estudio sugieren que las mujeres embarazadas, las mujeres en edad fértil que puedan estarlo y las que se sometan a tratamientos de fertilidad eviten las zonas conocidas por su elevada contaminación atmosférica o permanezcan en interiores los días de niebla tóxica para reducir su exposición.

El estudio, publicado en la revista Cardiovascular Toxicology, concluye que el primer y el tercer trimestre son los periodos críticos en los que los contaminantes afectan más al sistema cardiovascular de la madre y el feto.

"Estos resultados sugieren que las mujeres embarazadas, las mujeres en edad fértil que pueden estar embarazadas y las que se someten a tratamientos de fertilidad deben evitar las zonas conocidas por la alta contaminación del aire o permanecer en el interior en los días de alta niebla para reducir su exposición", dijo Phoebe Stapleton, profesor asistente en la Escuela de Farmacia Ernest Mario de Rutgers y miembro de la facultad en el Instituto de Ciencias de la Salud Ambiental y Ocupacional de Rutgers. "Las mujeres embarazadas también deberían considerar la posibilidad de controlar la calidad del aire interior".

Lo que inhala la madre afecta a su sistema circulatorio, que se adapta constantemente para suministrar un flujo sanguíneo adecuado al feto a medida que crece. La exposición a estos contaminantes puede contraer los vasos sanguíneos, restringiendo el flujo de sangre al útero y privando al feto de oxígeno y nutrientes, lo que puede retrasar su crecimiento y desarrollo. También puede dar lugar a complicaciones comunes del embarazo, como el retraso del crecimiento intrauterino.

El estudio analizó cómo afectaba al sistema circulatorio de ratas preñadas y a sus fetos una única exposición a aerosoles nanosaturados de dióxido de titanio -un sustituto de las partículas presentes en la contaminación atmosférica habitual- durante el primer, segundo y tercer trimestre de gestación. Los resultados se compararon con los de ratas preñadas expuestas únicamente a aire filtrado de alta eficiencia.

Los investigadores descubrieron que la exposición a contaminantes al principio de la gestación repercute significativamente en el sistema circulatorio del feto, concretamente en la arteria principal y la vena umbilical. La exposición más tardía fue la que más repercutió en el tamaño del feto, ya que la restricción del flujo sanguíneo procedente de la madre priva al feto de nutrientes en esta etapa final.

En animales no preñados, incluso una sola exposición a estas nanopartículas se ha relacionado con una alteración del funcionamiento de las arterias del útero. El estudio descubrió que una sola exposición al final del embarazo puede restringir el flujo sanguíneo materno y fetal, lo que puede seguir afectando al niño en la edad adulta.

Aunque la nanotecnología ha propiciado logros en ámbitos como la eficiencia del combustible de los vehículos y las energías renovables, no se sabe mucho sobre cómo afectan estas partículas a las personas en todas las etapas de su desarrollo".

Phoebe Stapleton, profesora adjunta de la Facultad de Farmacia Ernest Mario de Rutgers y profesora del Instituto de Ciencias de la Salud Medioambiental y Laboral de Rutgers.

Para 2025, se prevé que la producción mundial anual de partículas de dióxido de titanio de tamaño nanométrico alcance los 2,5 millones de toneladas métricas. Además de representar las partículas muy pequeñas que se encuentran en la contaminación atmosférica, el dióxido de titanio también se utiliza habitualmente en muchos productos de cuidado personal, como protectores solares y polvos faciales.

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