Un estudio relaciona el uso intensivo del móvil con un menor recuento de espermatozoides

Por Dr. Sushama R. Chaphalkar, PhD. Nov 2 2023 Revisado por Susha Cheriyedath, M.Sc.

En un reciente estudio transversal publicado en la revista Fertility and Sterility, investigadores suizos estudiaron la relación entre el uso declarado del teléfono móvil y la calidad del semen en hombres jóvenes suizos. Descubrieron que un mayor uso del teléfono móvil se asocia con una menor concentración de espermatozoides y un menor recuento total de espermatozoides (TSC) en el semen.

Study: Association between self-reported mobile phone use and the semen quality of young men. Image Credit: SeaRick1 / Shutterstock Estudio: Asociación entre el uso autodeclarado del teléfono móvil y la calidad del semen de hombres jóvenes. Crédito de la imagen: SeaRick1 / Shutterstock

Antecedentes

La infertilidad afecta a cerca del 17% de las parejas en todo el mundo, y cerca del 50% de los casos son atribuibles al varón. Aunque todavía no se conoce a fondo la causa de la mala calidad del semen, se sabe que diversos factores, como la obesidad, el consumo de alcohol, el tabaquismo y el estrés, están asociados a un menor recuento de espermatozoides.

El alarmante aumento del uso de teléfonos móviles y la consiguiente exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF-EMF) ha demostrado en estudios experimentales y observacionales que afecta a la salud reproductiva de los varones en lo que respecta al recuento, la morfología, la motilidad y la viabilidad de los espermatozoides. Sin embargo, estos estudios son escasos y presentan diversos sesgos preocupantes. Por lo tanto, los investigadores realizaron un estudio transversal que examinó la posible asociación entre los parámetros del semen, el uso del teléfono móvil y la posición cuando no está en uso en hombres jóvenes suizos entre 2005 y 2018.

Acerca del estudio

En el presente estudio, se encuestó a 5.605 hombres de entre 18 y 22 años de seis centros del país mediante cuestionarios sobre su salud y estilo de vida, así como sobre el periodo preconcepcional de sus padres. También se preguntó a los hombres sobre la duración y la frecuencia de uso del móvil (rara vez, unas pocas veces por semana, 1-5 veces al día, 5-10 veces al día, 10-20 veces al día, >20 veces al día) y el lugar donde guardaban el teléfono (en el bolsillo de la chaqueta, en el del pantalón, en el cinturón o en otro sitio) cuando no lo utilizaban.

Se examinó físicamente la anatomía genital, el volumen testicular, el peso y la altura de un total de 2.866 hombres, que aportaron muestras de semen al estudio... El análisis del semen se realizó siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para determinar la concentración de espermatozoides, la TSC, la motilidad y la morfología. El análisis estadístico incluyó el uso de la prueba de Kruskal-Wallis, la prueba de Chi-cuadrado y modelos de regresión logística y lineal ajustados. Además, se realizó un análisis de sensibilidad excluyendo a los hombres con azoospermia (1%).

Resultados y discusión

Se encontró que los hombres con una mayor frecuencia de uso del móvil eran ligeramente más jóvenes (19 años) y tenían un índice de masa corporal más alto (IMC = 22,8 kg/m2) en comparación con los hombres con una menor frecuencia de uso del móvil (IMC = 21 kg/m2, edad 20 años). Curiosamente, mientras que el 56,5% de los hombres utilizaban el móvil menos de una vez por semana entre 2005 y 2007, esta proporción se redujo al 5% entre 2015 y 2018.

Los hombres que utilizaban teléfonos móviles con una frecuencia elevada (>20 veces al día) mostraron una reducción del 21% en la concentración de espermatozoides y una disminución del 22% en el CET en comparación con los que utilizaban el teléfono móvil raramente (menos de una vez a la semana). En este grupo de hombres se observaron tendencias significativas de exposición-respuesta en todo el intervalo de exposición. Además, estos hombres también mostraron un mayor riesgo de tener una concentración de espermatozoides y un CET por debajo del valor de referencia de la OMS para hombres fértiles. La probabilidad de tener una concentración de espermatozoides inferior al valor de referencia de la OMS fue significativamente mayor en los hombres que utilizaban el teléfono móvil entre 5 y 10 veces al día que en los que lo utilizaban raramente en el día o en la semana (odds ratio ajustada = 1,409). Los resultados no variaron ni siquiera cuando se excluyeron del estudio los hombres con azoospermia. Curiosamente, la asociación entre la concentración de espermatozoides y el uso del teléfono móvil se mostró más fuerte durante 2005-2007 y se redujo progresivamente en los periodos 2008-2011 y 2012-2018. El volumen de semen, la morfología espermática y la motilidad no resultaron estar asociados con la frecuencia de uso del móvil.

Alrededor del 85,7% de los hombres incluidos guardaban el teléfono móvil en el bolsillo del pantalón (cuando no lo utilizaban). Sin embargo, los parámetros de calidad del semen no se vieron afectados por la posición del teléfono móvil cuando no se utilizaba.

Se trata del estudio más amplio en el que se ha evaluado el efecto de la exposición a RF-EMF procedente de teléfonos móviles sobre la calidad del semen. Los resultados se ven reforzados por el hecho de que la muestra de hombres estudiada procedía de una población general con un estado de fertilidad desconocido. Sin embargo, el estudio tiene algunas limitaciones. No evaluó la absorción diaria de RF-EMF y se basó únicamente en datos autodeclarados para encuestar el uso del móvil. Además, no se registraron las características del teléfono, como la marca, el número de aplicaciones, la calidad de la red, el uso de accesorios para los oídos y la potencia de salida.

Conclusión

Dado el espectacular aumento del uso de teléfonos móviles en todo el mundo, los resultados de este estudio aportan información esencial sobre el efecto de la mayor exposición a RF-EMF en la salud reproductiva masculina. En el futuro, la realización de estudios prospectivos que midan con precisión la exposición a RF-EMF podría ayudar a comprender el mecanismo de acción subyacente a estos efectos.

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