¿Puede el betacaroteno mejorar la salud cognitiva? Un estudio revela datos prometedores

Por Dr. Priyom Bose, Ph.D. Oct 22 2023 Revisado por Benedette Cuffari, M.Sc.

En un estudio reciente publicado en la revista Brain Sciences, los científicos examinan el papel del β-caroteno en el mantenimiento del rendimiento cognitivo y la salud mental, solo o en combinación con otros componentes de la dieta.

Study: The Effect of Beta-Carotene on Cognitive Function: A Systematic Review. Image Credit: Danijela Maksimovic / Shutterstock.com Estudio: The Effect of Beta-Carotene on Cognitive Function: Una Revisión Sistemática. Crédito de la imagen: Danijela Maksimovic / Shutterstock.com

Acerca del estudio

Todos los estudios pertinentes se obtuvieron de múltiples bases de datos, incluidas Scopus, PubMed y Web of Science. Se utilizó la plataforma digital MySLR para seleccionar y evaluar la calidad de los artículos obtenidos de diferentes fuentes. MySLR es una herramienta digital equipada con el algoritmo Latent Dirichlet Allocation (LDA) para analizar grandes conjuntos de datos mediante minería de textos.

El presente estudio incluyó a todos los participantes adultos sin trastornos mentales. Para el análisis se tuvieron en cuenta varios tipos de estudios, incluidos ensayos clínicos aleatorizados, estudios prospectivos o transversales y estudios longitudinales.

Tras la búsqueda inicial se identificó un total de 168 estudios. Sin embargo, tras considerar los criterios de elegibilidad y eliminar los duplicados, se incluyeron 16 estudios en la revisión final.

Importancia de una función cognitiva óptima para mantener la vida

cotidiana

El comportamiento cognitivo es vital para la salud y el bienestar general de un individuo. Las funciones cognitivas incluyen el aprendizaje, el lenguaje, la memoria, la atención, la función perceptivo-motora y la cognición social, así como la recepción, el procesamiento y la interpretación de la información. La falta de equilibrio dentro de la estructura cerebral y la desorientación a nivel molecular/celular, las interacciones neuronales y las redes de interacción proteína-proteína conducen a la disfunción cognitiva.

Es importante destacar que la función cognitiva no es estable, ya que evoluciona continuamente a lo largo de la vida. El envejecimiento está asociado al deterioro cognitivo, y un estudio reciente estima que el 19% de los individuos menores de 75 años padecen grados variables de disfunción cognitiva, frente a aproximadamente el 29% entre las personas mayores de 85 años.

Alrededor del 30% de la población mundial mayor de 65 años ha sido diagnosticada de Alzheimer, un trastorno cerebral que afecta a la memoria y la capacidad de pensar. Los pacientes de cáncer tratados con quimioterapia suelen desarrollar un deterioro cognitivo denominado "quimiocerebro" después o durante el tratamiento. La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), actualmente en curso, también provocó niebla cerebral, que es un tipo de deterioro cognitivo temporal.

Así pues, es imperativo desarrollar estrategias eficaces vinculadas a intervenciones dietéticas para prevenir el deterioro cognitivo.

Uso de β-caroteno para combatir la disfunción cognitiva en

adultos

Los carotenoides son antioxidantes y agentes antiinflamatorios comunes que pueden mejorar eficazmente la salud cognitiva. Hasta la fecha, no existen directrices ni recomendaciones sobre la dosis óptima de ingesta de carotenoides para obtener resultados favorables.

El β-caroteno es un carotenoide natural esencial y una fuente dietética de provitamina A. Además, el β-caroteno posee importantes propiedades de eliminación de radicales libres y antioxidantes debido a la presencia de abundantes enlaces insaturados en su molécula. El β-caroteno está presente en frutas, verduras, sopas/caldos y aditivos colorantes alimentarios.

La vitamina A es esencial para múltiples funciones relacionadas con la visión, la inmunidad y la fertilidad. Pocos estudios han explorado la asociación entre el β-caroteno y la función cognitiva. Algunos estudios epidemiológicos han presentado resultados no concluyentes sobre cómo influye el β-caroteno en la función cognitiva.

Un estudio reciente indicó que la ingesta dietética de β-caroteno estaba inversamente asociada con el deterioro de la función cognitiva. Se observó una relación dosis-respuesta lineal entre la ingesta dietética de β-caroteno y los resultados de la prueba de aprendizaje de palabras del Consorcio para Establecer un Registro de la Enfermedad de Alzheimer (CERAD WL), la prueba de alfa-fetoproteína y la Prueba Estandarizada de Sujetos de la Defensa (DSST); sin embargo, estos resultados variaban en función del sexo.

Se ha observado una correlación positiva entre niveles elevados de β-caroteno en sangre y un mejor rendimiento de la memoria semántica. Así pues, los niveles séricos de β-caroteno parecen ser un predictor significativo del rendimiento de la memoria semántica.

El estudio de Rotterdam informó de que un menor consumo de β-caroteno provoca una disminución del rendimiento cognitivo. Comparativamente, el consumo dietético a largo plazo de β-caroteno en una concentración más alta se relacionó con una menor posibilidad de una función cognitiva deficiente.

Muchos ensayos clínicos aleatorizados han respaldado el papel protector del β-caroteno frente al deterioro cognitivo. Por ejemplo, el Physicians' Health Study (PHS) recomendó que 50 mg de β-caroteno en días alternos podrían mejorar la memoria verbal y cognitiva en adultos.

Se ha observado una mayor memoria episódica y fluidez semántica cuando el β-caroteno se complementó con vitaminas C y E. En particular, la mejora cognitiva fue más significativa entre los no fumadores.

Mecánicamente, el β-caroteno y la vitamina E actúan de forma sinérgica para prevenir la peroxidación lipídica. Sin embargo, en algunos casos, una ingesta elevada de antioxidantes puede aumentar la peroxidación lipídica y el daño oxidativo del ADN. Estudios recientes han indicado que la ingesta de β-caroteno alivia la niebla cerebral a través de la vía de la proteína quinasa IV dependiente de calcio/calmodulina (CAMKIV).

Conclusiones

El presente estudio resumió las pruebas clínicas relativas a los beneficios del uso de β-caroteno como intervención nutricional para el mantenimiento cognitivo. La mayoría de los estudios epidemiológicos y de control aleatorizado apoyan el papel beneficioso del β-caroteno en la mejora de la función cognitiva.

Se ha demostrado que una combinación de β-caroteno con otros nutrientes con mayores propiedades antioxidantes, como el zinc, la vitamina C y la vitamina E, influye significativamente en la función cognitiva.

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