Los investigadores evalúan la utilidad de las aplicaciones de fertilidad

Revisado por James Ives, M.Psych. (Editor) Jul 16 2019

Para muchas mujeres en edad reproductiva, la forma más habitual de evaluar su salud menstrual y su fertilidad son las visitas periódicas al ginecólogo u otro profesional clínico. A la hora de evaluar los cambios en la fertilidad, la salud menstrual y la calidad de vida, estas visitas suelen basarse en el recuerdo, lo que puede dar lugar a importantes imprecisiones en la evaluación.

Por otro lado, muchas mujeres recurren hoy en día a las llamadas aplicaciones del "método de conocimiento de la fertilidad" (FAM) para que les ayuden a seguir sus ciclos menstruales. Existen multitud de aplicaciones de este tipo, lo que demuestra lo populares que se han vuelto en los últimos años.

Pero, ¿hasta qué punto son precisas las aplicaciones FAM? ¿Qué controlan las usuarias? ¿Pueden ayudarlas a ellas y a sus ginecólogos? Es difícil responder a estas preguntas por una sencilla razón: Ni las visitas ni el uso de las aplicaciones se han estudiado sistemáticamente a nivel poblacional para determinar y comparar su precisión a la hora de evaluar la salud menstrual y la fertilidad de forma significativa.

Esto es lo que ha hecho Laura Symul, del Laboratorio de Epidemiología Digital de la EPFL. En colaboración con la Universidad de Stanford (a la que ahora se ha incorporado), Symul dirigió un estudio a gran escala sobre 200.000 usuarias de dos aplicaciones FAM, Sympto y Kindara. Ambas son compatibles con el "método sintotérmico" y facilitan la identificación de los momentos fértiles e infértiles del ciclo menstrual de una mujer teniendo en cuenta los registros del fluido cervical, la temperatura corporal al despertar y otros signos biológicos.

Los científicos realizaron un seguimiento de más de 30 millones de días de observaciones de más de 2,7 millones de ciclos menstruales. El estudio global tenía dos objetivos: Primero, ver cómo y qué registran voluntariamente las usuarias en las aplicaciones FAM. En segundo lugar, averiguar si estos registros permiten detectar y estimar con precisión el momento de la ovulación.

En cuanto a la demografía y el comportamiento de las usuarias, el estudio revela que la usuaria típica de la aplicación FAM tiene unos 30 años, vive en un país occidental (en Europa o Norteamérica) y tiene un IMC saludable. Las usuarias de la aplicación registran sus observaciones con más frecuencia cuando también registran las relaciones sexuales, y cuando se observan a nivel de población, los signos corporales de conocimiento de la fertilidad notificados muestran patrones temporales que siguen muy de cerca los que se han encontrado en estudios clínicos a pequeña escala.

Al analizar los datos, los científicos descubrieron que las mujeres que buscaban un embarazo registraban mediciones sintotérmicas cada día durante hasta el 40% de sus ciclos menstruales. A continuación, al modelizar los datos, descubrieron que la duración media y el intervalo de la fase folicular, que inicia el ciclo menstrual y finaliza con la ovulación, eran mayores de lo que se había informado anteriormente. De hecho, la modelización demostró que sólo el 24% de las ovulaciones se producen entre los días 14 y 15 del ciclo. Por otra parte, los datos mostraron que la duración y el intervalo de la fase lútea -la última parte del ciclo menstrual- coincidían con los estudios anteriores.

Los hallazgos ofrecen un medio asequible para estudiar a gran escala las interacciones entre el ciclo menstrual y otros sistemas fisiológicos.

Nuestro estudio proporciona una base común para que las usuarias y sus médicos incorporen los registros digitales en sus visitas, evalúen sus propios patrones menstruales y los comparen con las estadísticas que comunicamos.

Las nuevas tecnologías, y en particular el autoseguimiento, están cambiando la forma en que percibimos nuestro cuerpo y nuestra salud. Tanto las usuarias como los médicos se preguntan por las posibilidades y la utilidad del autoseguimiento digital. Nuestro estudio demuestra que las usuarias realizan voluntariamente un seguimiento muy frecuente de su ciclo menstrual y de los signos corporales relacionados con la fertilidad, y que lo que rastrean se ajusta a lo esperado en la gran mayoría de los casos. Aunque estas mediciones y observaciones son ruidosas y no perfectamente regulares, proporcionan información valiosa para inferir los cambios hormonales subyacentes y el momento de la ovulación de una forma escalable tanto en el tiempo como en el número de participantes."

Laura Symul, Laboratorio de Epidemiología Digital de la EPFL

Marcel Salathé, director del Laboratorio de Epidemiología Digital, añade:

El enfoque de epidemiología digital presentado aquí puede ayudar a comprender mejor la salud menstrual y su conexión con la salud de la mujer en general, que históricamente ha sido muy poco estudiada."

Noticias relacionadas