El té verde tiene potencial como tratamiento de los fibromas uterinos, el síndrome de ovario poliquístico y los síntomas de la menopausia
En un estudio reciente publicado en la revista Nutrients, investigadores del Johns Hopkins Medicine revisaron las propiedades beneficiosas del té verde para aliviar los síntomas de los trastornos ginecológicos benignos.
Revisión: Té verde y trastornos ginecológicos benignos: ¿Un nuevo truco para una vieja bebida? Crédito de la imagen: Ermak Oksana / Shutterstock
Antecedentes
El té es una bebida elaborada a partir de las hojas de la planta Camellia sinensis y se consume ampliamente en todo el mundo, siendo el té verde una de las variedades más populares. De los muchos compuestos antioxidantes y polifenólicos que se encuentran en el té verde, el galato de epigalocatequina (EGCG) es uno de los principales compuestos activos. Se ha explorado ampliamente como agente quimioterapéutico contra diversas formas de cáncer. La EGCG actúa en múltiples vías, como la peroxidación lipídica, la apoptosis, la eliminación de radicales libres y el secuestro del colesterol, y se cree que actúa como prooxidante y antioxidante, según la dosis y las condiciones celulares.
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Millones de mujeres en todo el mundo padecen trastornos reproductivos benignos como miomas, endometriosis, síndrome de ovario poliquístico (SOP), adenomiosis y dismenorrea. Más del 65% de las mujeres padecen miomas en algún momento de su vida, mientras que el SOP tiene una prevalencia del 20% y la endometriosis se da entre el 10% y el 15% de las mujeres de todo el mundo. Dadas las propiedades quimioterapéuticas y antioxidantes del EGCG, el té verde podría tener beneficios clínicos para aliviar los síntomas de los trastornos ginecológicos benignos.
Propiedades del té
verdeLos nutrientes presentes en el té verde incluyen lípidos, hidratos de carbono, una amplia variedad de vitaminas, aminoácidos, carotenoides, clorofila y alcaloides como la cafeína, la teobromina y la xantina. Además, el té verde contiene oligoelementos como zinc, calcio, cobre, hierro, magnesio, cromo y manganeso.
Composición química del té verde.
Cerca del 30% del peso de las hojas secas de té verde se compone de compuestos polifenólicos llamados catequinas, que incluyen EGCG, epicatequina y epigalocatequina. Los estudios han demostrado que las catequinas presentan altos niveles de actividad antioxidante, que es aún mayor en el té verde debido a la ausencia del proceso de fermentación en su producción.
La revisión también analizó los procesos por los que las catequinas se absorben en el intestino y se procesan en los intestinos y el hígado, así como las diversas prácticas que aumentan la biodisponibilidad de las catequinas. Además, los investigadores también examinaron los mecanismos de acción de la EGCG, incluida su unión con los receptores de laminina y otras moléculas que desempeñan un papel importante en la metástasis de los cánceres y sus interacciones con la fibronectina, el fibrinógeno, la glicoproteína rica en histidina y otras proteínas de la matriz extracelular. También se analizaron los mecanismos a través de los cuales la EGCG actúa como antioxidante y prooxidante y las propiedades antifibróticas y antiangiogénicas de la EGCG.
Beneficios contra los trastornos ginecológicos benignos
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La revisión analizó diversos estudios que han explorado los beneficios del EGCG para aliviar los síntomas de los trastornos reproductivos benignos en las mujeres, como la dismenorrea, la endometriosis y el síndrome de ovario poliquístico, entre otros. La dismenorrea está relacionada con los altos niveles de prostaglandinas producidas por el endometrio. Los estudios han demostrado que el EGCG puede reducir la biosíntesis de prostaglandinas, proporcionando una alternativa natural a los antiinflamatorios no esteroideos que suelen recetarse para la dismenorrea.
Los miomas uterinos son muy frecuentes en mujeres en edad reproductiva. Dependiendo del tamaño y la localización de los miomas, los síntomas pueden ir desde menstruaciones dolorosas y prolongadas hasta estreñimiento, presión pélvica y micción frecuente. Los miomas también afectan a la fertilidad y, en casos graves, requieren histerectomías o miomectomías. Las propiedades antifibróticas y antiangiogénicas del EGCG podrían reducir estos tumores benignos. Estudios en modelos animales y humanos han demostrado que el tratamiento con EGCG reduce con éxito el tamaño del fibroma y mejora la calidad de vida en general al aliviar los síntomas.
Presentación esquemática de los efectos del té verde sobre los miomas uterinos.
Además, el EGCG también se ha mostrado prometedor en el tratamiento de la endometriosis gracias a sus propiedades apoptóticas. La endometriosis provoca la implantación de lesiones benignas en la región externa de la cavidad uterina, causando dolor durante las relaciones sexuales, la menstruación e incluso la defecación. Experimentos con modelos murinos demostraron que el tratamiento con EGCG reducía el tamaño de las lesiones endometriales e impedía la formación de nuevas lesiones.
Presentación esquemática de las posibles funciones y mecanismos del té verde en la endometriosis. ↓ = regulación a la baja; ↑ = regulación al alza.
También se descubrió que el té verde mejora los resultados de la fecundación in vitro gracias a las propiedades antioxidantes del EGCG, reduciendo las especies reactivas del oxígeno y mejorando la calidad de los gametos femeninos. La revisión también analizó los beneficios potenciales del té verde y el EGCG en el tratamiento de la adenomiosis y el síndrome de ovario poliquístico y en la mejora de la salud general de las mujeres menopáusicas. Además, en la revisión también se trataron los efectos secundarios y el perfil de seguridad del EGCG y los niveles seguros de consumo de té verde.
Conclusiones
En general, la revisión sugería que, dadas las propiedades antiangiogénicas, antioxidantes y antifibróticas exhibidas por el EGCG, y su interacción con una amplia gama de vías de señalización, el EGCG podría tener beneficios clínicos contra trastornos ginecológicos benignos como la fibrosis, el SOP, la endometriosis, la dismenorrea y la adenomiosis. Sin embargo, los autores creen que, dado que gran parte de las pruebas proceden de experimentos in vitro e in vivo, es esencial realizar estudios clínicos que examinen los beneficios del EGCG.
