El camino hacia y a través del asesoramiento sobre la infertilidad

El camino hacia y a través del asesoramiento sobre la infertilidad

Lo que me sorprendió es lo singular y polifacético que es el papel de un asesor en materia de infertilidad y me impulsó a querer compartir mis pensamientos y algo de lo que aprendí. No pretendo conocer todos los datos ni incluirlos todos, pero mi objetivo es dar una idea de lo intensos que son tanto la formación como la función.

Se animó a los asistentes a que se hicieran muchas preguntas con el fin de abrir sus mentes a la multitud de dificultades a las que se enfrentan los que luchan contra la infertilidad. A veces resultaba abrumador pensar y esto permitía comprender el viaje al que se enfrentan muchos. No dudo de que lo que se escribe a continuación provocará muchos sentimientos, algunos más dolorosos que otros. Son muy reales y, a pesar de reconocer que será difícil de leer y digerir, espero también que pueda aliviar y quizás incluso dar permiso para asumir tus sentimientos y saber que no estás solo en ellos. Este es uno de los objetivos de la terapia.

Los sentimientos no expresados, no deseados y no deseados que acompañan a la infertilidad

Saber que usted, su pareja o ambos son infértiles es más que suficiente para tener que aceptarlo. Por desgracia, esto no es en absoluto el final de la batalla que se avecina. Este proceso va acompañado de muchos sentimientos que no siempre son evidentes al principio y que pueden aparecer cuando menos lo esperas. Por ello, el asesoramiento es beneficioso, ya que puede ayudarle a dar sentido a sus sentimientos. Los sentimientos se exploran en un entorno seguro y ello puede aportar validación.

¿Por qué la gente quiere un bebé?

Esto puede parecer obvio para algunos, pero en realidad hay una multitud de razones y es interesante explorar algunas de ellas con su asesor. Al hacerlo, la importancia de averiguar por qué la gente quiere tener un hijo se convierte de repente en algo muy importante. Lo que descubrí es que, de hecho, hay toda una serie de razones.

Pensé que intentaría abordar algunos de los más obvios, antes de compartir algunos de los que quizá se habla menos, quizá porque son más difíciles de aceptar y admitir a uno mismo que es así como se siente. Quizás al leer esto te sientas menos solo con tus pensamientos y te reconforte saber que hay otras personas que se sienten de manera similar.

Por supuesto, hay que tener en cuenta el impulso biológico: para muchas parejas, tanto heterosexuales como del mismo sexo, tener un hijo es el siguiente paso natural que deben dar una vez que se hayan casado. Para otros, tener un hijo puede aportarles un estatus y darles un propósito que quizás antes de ser padres sentían que les faltaba en su vida. También puede suponer la validación de una relación, por no hablar del amor incondicional que nos dan los niños. Tener un hijo conlleva el rito de la paternidad y no conseguirlo en la vida puede hacer que algunos se sientan atrapados en el papel de hijo de otro.

Soy consciente de que lo que digo puede suscitar un sinfín de reacciones en los lectores, pero he aprendido la importancia de aclarar las razones por las que una persona quiere tener un hijo. Por ejemplo, si una pareja quiere tener un bebé para salvar su relación, ¿qué apoyo necesitan para decidir si tener un bebé es lo mejor para ellos en ese momento y cómo se puede sugerir que tal vez el asesoramiento de parejas podría ser una opción para ellos primero para asegurarse de que ambos quieren lo mismo y por las razones correctas? Esto no quiere decir que no sigan adelante e intenten tener un bebé, sino que lo hagan en el momento adecuado para ellos.

Las parejas acuden al asesoramiento con el deseo de ampliar su familia debido a las expectativas culturales. Sin embargo, es posible que sean jóvenes y no estén preparados para ser padres, pero que lo hayan hecho como resultado de la presión de los padres. Explorar esto en el asesoramiento ofrece un espacio privado para compartir sentimientos que pueden parecer vergonzosos o difíciles de expresar. Se presiona a las mujeres para que tengan hijos y pueden sucumbir a las expectativas de la sociedad. Vienen a terapia llenas de resentimiento que no han podido compartir ni expresar. El daño potencial que esto puede causar si no se reflexiona sobre estos sentimientos antes de embarcarse en el proceso de fertilidad podría ser perjudicial tanto para la madre como para el futuro hijo o hijos que pueda tener. Además, las relaciones que mantiene actualmente.

Otras mujeres pueden sentir la necesidad de llenar un vacío y pensar que esto se puede conseguir si tienen un bebé. Al tener un bebé pronto descubren que no es así y el asesoramiento puede ayudar a que surjan problemas como éste. Para algunas personas tener hijos se convierte casi en un pasatiempo o me atrevo a decir que en una adicción. Estar embarazada puede aportar a la mujer algún tipo de consuelo o sensación de propósito que se convierte en algo necesario. El peligro de esto, tanto para el cuerpo de la madre como para los futuros hijos que pueda tener, se vuelve cada vez más preocupante con la frecuencia de sus embarazos.

Por otro lado, es interesante pensar en quienes deciden no tener hijos. Hay un gran estigma asociado a esto. Para algunos es incomprensible, incluso egoísta, querer una carrera y que eso sea más importante que la procreación.

El viaje a través del tratamiento

Los consejeros pueden apoyar a los clientes a través del viaje, que será extremadamente único para cada individuo. El consejero seguirá el lenguaje de su cliente. Trabajan de forma respetuosa y no discriminatoria, sin expresar opiniones personales.

Su trabajo consiste en ayudar a los clientes a dar sentido a lo que sienten, obtener una perspectiva diferente de sus sentimientos de una manera no crítica y ayudarles a gestionar la enorme carga emocional por la que están pasando. Expresar la opinión puede influir en las decisiones tomadas por los clientes, por lo que se desaconseja hacerlo. Los pensamientos que se hablan en el asesoramiento deben seguir siendo los del cliente o clientes.

Inicio de la terapia

Un cliente al que se le ha dicho que tiene que venir a recibir asesoramiento tiene que ser consciente de por qué se le ha dicho que venga. El asesor debe asegurarse no sólo de que lo sepa, sino de que entienda lo que necesita saber sobre el proceso. Es necesario un enfoque personal para que el asesor conozca al cliente. El asesor mostrará interés, preguntando por su experiencia hasta el momento, cuándo empezó y cuánto tiempo lleva intentándolo. Lo importante, si se trata de una pareja, es que ambos respondan a las preguntas. El asesor tiene que desarrollar una comprensión de lo que significa para cada uno de ellos y de lo emocionalmente preparados que están, así como estar atento a los signos de trauma.

Preguntas delicadas pero necesarias

Los clientes vienen llenos de emociones encontradas. Conscientes de ello, los asesores deben abordar temas que son increíblemente delicados pero sobre los que es importante reflexionar. Esto debe hacerse con sensibilidad, de forma suave y cariñosa. Lo importante es que el asesor debe ser sólido, para que el cliente sea capaz no sólo de pensar en lo que se le pregunta, sino de responderlo. Los asesores deben reflexionar con sus clientes sobre el número de tratamientos que pueden considerar. La implicación es que podría no funcionar de inmediato, algo que es difícil pero necesario pensar. Aún más difícil de abordar es preguntar si alguna vez se han planteado la vida sin hijos. No se sabe la reacción que tendrá una pregunta como ésta.

El asesor debe sentir curiosidad por el impacto que los problemas de fertilidad han tenido en la relación y el funcionamiento sexual de la pareja. Se trata de cuestiones muy personales, pero deben abordarse para obtener una imagen lo más completa posible.

Capas de problemas

Esto no se ha escrito con la intención de abrumarte, sino de abrir tu mente. Los asesores pueden preguntarle cómo piensa abordar la comunicación de sus problemas de fertilidad. Algunas personas desean permanecer en privado. Hay que tener en cuenta las implicaciones de ambos enfoques. El trabajo del asesor es ayudar a su cliente a gestionar sus expectativas. Esto implica tener en cuenta la perspectiva del paciente. Los asesores escuchan a sus clientes para valorar en qué punto de su camino se encuentran. Para que el cliente se sienta escuchado, los asesores le devolverán la palabra y le ayudarán a pensar en qué punto se encuentra y cuál es el mejor enfoque que puede adoptar para seguir adelante con su viaje.

El asesoramiento sobre infertilidad anima a las parejas a expresar sus sentimientos entre sí. Ver el impacto de no compartir sus sentimientos en presencia de un consejero puede ayudar a desenredar los problemas entre una pareja y ayudarles a sentirse más conectados y preparados para el viaje que afrontan.

Los asesores deben tener en cuenta las cuestiones de género. No siempre, pero sí a menudo, los hombres son más capaces de prever la vida sin hijos. Esto demuestra que hay muchos factores que hay que tener en cuenta en el trabajo como consejero de fertilidad.

Corto plazo/largo plazo

Aunque se puede conseguir mucho en un trabajo de corta duración, un asesor con sesiones limitadas debe ser cauto en su enfoque. Debe considerar la frecuencia con la que ve a alguien para poder centrarse en el trabajo terapéutico de forma significativa. Además, el asesor debe ser consciente de las limitaciones de su papel. Puede ser frustrante para un consejero que sólo tiene una sesión para trabajar con una pareja, ya que se siente apresurado e imposible de cubrir todo el terreno que desea. Al quedarse con esta frustración, es importante que sean conscientes de cómo se sienten, así como de una salida para estas emociones.

El impacto emocional en

  • los clientes

Se traen muchas emociones difíciles al asesoramiento. Los asesores hablarán con los clientes sobre sus expectativas y les ayudarán a gestionarlas. Si han sufrido una pérdida, pueden ayudar a replantear las expectativas como parte del proceso de duelo. El objetivo es ayudar a las personas a entender las razones por las que se comportan de esa manera. Por ejemplo, pueden sentirse una persona cambiada debido a la tristeza o los celos. Otros pueden preocuparse por volverse amargados. El papel del consejero es ayudar a relativizar estas cuestiones, que se sientan como lo hacen como resultado de lo que están pasando. No se puede subestimar el impacto que esto puede tener. Saber que, de hecho, lo que sienten es de esperar. El papel de un consejero es crucial para ayudar a las personas a sentir que no están solas. El apoyo y la orientación que puede ofrecer es inestimable y puede cambiar realmente las perspectivas de las personas y su enfoque de los problemas de fertilidad.

  • el consejero

Así como el cliente necesita apoyo, también lo necesita el consejero. BICA ofrece grupos regionales, talleres de formación, conferencias y redes informales. También es responsabilidad del consejero estar al tanto de los nuevos desarrollos y explorar y reflexionar sobre los temas actuales. Además, los consejeros asisten a la supervisión, dándoles una salida esencial en la que tomar los sentimientos que se han agitado para ellos.

Los asesores hablan a sus clientes de la importancia del autocuidado, que ellos también deben practicar. No sólo es un modelo de buena práctica, sino que también les ayuda a desempeñar su papel de forma más productiva. Es una estrategia de afrontamiento que a menudo se descarta por falta de tiempo. Sin embargo, una vez que se emplean los límites y los clientes han identificado lo que puede funcionar para ellos, puede ayudar a las personas a sobrellevar la situación. El asesor explicará que para intentar que el proceso funcione, el autocuidado es vital. Esto, a su vez, ofrece al cliente una validación que puede no obtener en otro lugar.

Conocer los hechos

También es responsabilidad del asesor conocer la donación de óvulos y esperma, así como la gestación subrogada.

Llegar al punto en que se necesita un donante de óvulos o de esperma es realmente difícil. Un asesor pensará junto con el cliente o los clientes cómo fue el momento en que se les sugirió, cómo se sienten al respecto y cómo afrontaron la sugerencia. Puede ser que no se lo hayan sugerido y entonces también se puede pensar en ello. Puede significar algo diferente para ellos si no se les sugirió sino que fue una decisión que partió de ellos.

Una vez más, hay que tener en cuenta cuestiones delicadas. Qué piensan sobre el uso de un donante, cómo creen que podría ser. También está el hecho de que el bebé no se parecerá a ellos, algo de lo que quizá no se hayan dado cuenta. El asesor debe ser consciente de ello, pero estar abierto a ayudarles a pensar en todos estos factores.

También existen derechos legales, tanto de los padres como de los donantes, que la pareja debe conocer. Es fundamental que estén bien informados. Por ejemplo, en relación con el futuro contacto con el donante y su familia una vez que el niño tenga más de dieciocho años. Todo esto debe explorarse de antemano. El donante también puede retirar su consentimiento hasta el momento de la implantación del embrión, lo que puede tener efectos devastadores para los futuros padres.

Los clientes pueden conocer a su donante, no conocer a su donante o incluso elegir ir al extranjero. Esto también tiene implicaciones legales, de las que un asesor de infertilidad debe tener conocimiento y comprensión previos. El proceso de búsqueda de un donante y de emparejamiento con él puede ser largo y emocionalmente agotador.

El Código de Práctica de la HFEA ofrece orientación sobre lo que debe discutirse y las directrices que deben cumplirse. El trabajo de los asesores consiste en explorar el impacto de esta información. Un ejemplo está relacionado con el hecho de contar y hablar. Esto se refiere a contar al niño su origen en una etapa temprana de la infancia, ya que si no se le dice puede ser emocionalmente perjudicial. A lo largo de este proceso, la pareja puede ser apoyada y guiada por su consejero de infertilidad. El asesor debe hacerlo teniendo en cuenta la cultura, la fe y el entorno social de los clientes, ya que esto influirá en su capacidad para hablar del tema con su hijo.

Si es un posible donante al que se le ofrece asesoramiento, el asesor debe asegurarse de preguntarle sus motivaciones para hacerse donante. Habrá diferencias psicosociales y generacionales para ello. También deben explorarse las expectativas que el donante tiene de sus receptores. A continuación, hay implicaciones relativas a los derechos legales de los hijos que el donante tiene antes de convertirse en donante.

La gestación subrogada es aún más compleja porque implica a más personas y a más familias. También hay muchas implicaciones religiosas. Como he dicho antes, no pretendo abarcar todos los hechos. Sólo quiero señalar la gran responsabilidad que conlleva convertirse en asesor en materia de infertilidad.

Finalización del asesoramiento

Esto puede tener un enorme impacto emocional tanto en el cliente como en el asesor. También variará en función de si el tratamiento ha tenido el resultado deseado o no. La cantidad de intentos por conseguirlo también influirá en los sentimientos que se despierten al final del tratamiento. Algunas personas tendrán una perspectiva de finalización, mientras que otras simplemente no la tienen. El trabajo del asesor es apoyar a su cliente para que afronte este final de la mejor manera posible y de la forma más adecuada para él, teniendo en cuenta que la experiencia de cada persona es diferente.

Reflexiones finales

El trabajo de un asesor en materia de infertilidad puede ser extremadamente gratificante. Embarcarse en un viaje junto a una pareja y ver cómo alcanzan su sueño es muy especial. Sin embargo, también implica ver y, a su vez, ayudar a muchas personas a soportar mucho dolor y decepción. La responsabilidad de asegurarse de que uno mismo, como asesor, está al día de los últimos avances, así como de los clientes, es primordial. Por estas razones y muchas más, no es una carrera que se elija para embarcarse a la ligera, sino que debe hacerse con gran reflexión, asegurándose de que, al igual que los clientes necesitan una fuerte red de apoyo, tú también, como consejero, la tienes.

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