El descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población en China podrían no obstaculizar la prosperidad futura

Una nueva investigación sobre China sugiere que el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población podrían no ser un obstáculo para la prosperidad futura si se asocian a una mejor educación de los jóvenes.

Mientras que los recientes descensos de la tasa de natalidad en China han provocado la preocupación por el envejecimiento de la población y el declive económico, las posibles consecuencias negativas del envejecimiento de la población en China podrían verse compensadas por el aumento de los niveles de educación de la población, según una nueva investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academies of Sciences(PNAS).

China tiene la mayor población del mundo, con un rápido crecimiento económico que pronto podría rivalizar con Estados Unidos como la mayor economía del mundo. Según fuentes oficiales, China ha experimentado un descenso de la natalidad en los últimos años ̶ la tasa de fertilidad en 2020 alcanzó un mínimo histórico de 1,35 ̶ lo que significa que por cada mujer sólo nace una media de 1,35 niños. Al igual que en otros países, este descenso de la natalidad ha suscitado especulaciones de que el declive y el envejecimiento de la población podrían amenazar el crecimiento y la prosperidad futura del país.

En respuesta, el gobierno de China ha introducido una política de tres hijos, y algunos gobiernos locales han comenzado a introducir incentivos para las familias más numerosas.

Sin embargo, muchas de las preocupaciones sobre el envejecimiento de la población, tanto en China como en el resto del mundo, se basan en suposiciones simplistas sobre los efectos de las estructuras de edad que están desfasadas, dicen los investigadores.

"En lugar de centrarnos únicamente en la estructura de edad de la población, tuvimos en cuenta la expansión masiva de la educación en China a la hora de evaluar los retos que plantean la baja fecundidad y el envejecimiento de la población", explica el autor principal del estudio, Guillaume Marois, profesor distinguido del Instituto de Investigación Demográfica de Asia de la Universidad de Shanghai e investigador del Programa de Población y Sociedades Justas del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA).

Para calcular las consecuencias del envejecimiento de la población sobre el crecimiento económico, los demógrafos han utilizado tradicionalmente una métrica denominada ratio de dependencia por edad, que relaciona el número de niños y ancianos con el tamaño del grupo en edad de trabajar de 15 a 64 años. Se considera que los niños y las personas que han superado la edad de jubilación dependen de la población en edad de trabajar. Si las tasas de participación de la población activa se mantienen igual, el envejecimiento de la población provocaría una mayor proporción de personas mayores que dependen de la población activa más joven.

Sin embargo, esta proporción no tiene en cuenta el hecho de que la participación de la población activa está cambiando y no todas las personas que trabajan son igualmente productivas.

Marois y sus colegas analizaron la posible evolución demográfica y económica utilizando métodos desarrollados por investigadores del IIASA que tienen en cuenta no sólo la edad y el sexo de la población, sino también factores importantes como la participación en la población activa y la educación, que afectan a la productividad.

Al adoptar una visión multidimensional de la estructura de la población, los investigadores descubrieron que el panorama del futuro crecimiento económico de China es más positivo de lo que sugieren las noticias recientes. En particular, esto se debe a que, con el aumento de los niveles de educación de las mujeres, éstas tienen más probabilidades de incorporarse a la población activa.

Descubrimos que, como las nuevas cohortes de trabajadores estarán mucho más formadas que las que se jubilaron, es probable que sean mucho más productivas. Esta sustitución de las cohortes más viejas y con menor nivel de estudios por otras más jóvenes y mucho más formadas tiene el potencial de compensar muchas de las consecuencias negativas del envejecimiento de la población."

Stuart Gietel-Basten, coautor del estudio y director del Centro de Ciencias del Envejecimiento de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong

El estudio muestra que, si bien el número total de trabajadores empezará a disminuir antes de 2025, los que tienen un alto nivel de formación seguirán creciendo, ya que los más jóvenes que se incorporan al mercado laboral están mucho más formados que los mayores que se jubilan.

Los investigadores afirman que las implicaciones de su estudio podrían tranquilizar a los responsables políticos, pero sólo si se mantiene la tendencia al aumento de los niveles de educación.

Wolfgang Lutz, director fundador del Centro Wittgenstein y experto en demografía del IIASA, afirma que "el envejecimiento de la población es inevitable, pero las consecuencias económicas negativas del envejecimiento de la población no lo son. Más que aumentar la fertilidad, garantizar que las generaciones actuales y futuras reciban una educación de buena calidad es la clave para afrontar los retos del envejecimiento de la población."

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