Consejos de seguridad para bañarse durante el embarazo

Consejos de seguridad para bañarse durante el embarazoEs posible que hayas oído que bañarse durante el embarazo es algo prohibido. La buena noticia es que eso no es cierto. Los baños son perfectamente seguros durante el embarazo si sigues unas sencillas reglas:
  • Evita los baños después de romper aguas. ¿Una excepción? Durante un parto en el agua por comodidad, siempre que estés bajo supervisión médica.
  • Mantén el agua del baño tibia, no caliente. Los 98,6 grados F son perfectos y sientan muy bien.

Si sigues estos criterios, puedes bañarte todos los días hasta que des a luz. Incluso puedes bañarte varias veces al día si tienes síntomas de embarazo como el dolor de espalda.

Mantén el agua del baño templada, no caliente

El agua que está por encima de tu temperatura corporal, ya sea en una bañera caliente o en un baño, tiene la posibilidad de causar problemas a tu bebé, sobre todo en el primer trimestre. Esto se debe a que sumergirte en agua caliente podría aumentar tu temperatura corporal, lo que podría reducir el flujo sanguíneo hacia el bebé y causar estrés.

La temperatura corporal normal es de unos 98,6 grados F, por lo que hay que mantener los baños a 100 grados F o menos.

Algunas madres incluso utilizan el agua como método de relajación y alivio del dolor durante el parto. Aquí también se controla la temperatura para mantenerla en torno a los 100 grados para la seguridad de tu bebé y la tuya.

Esta popular forma de parto no es tan eficaz para reducir el dolor como la anestesia epidural, pero muchas mujeres que utilizan esta técnica suelen encontrar muy útil el componente calmante de estar en el agua.

Para medir la temperatura del agua, prueba a utilizar un termómetro de bañera para niños (también te será útil cuando bañes a tu bebé más adelante). Déjalo flotar y luego lee lo caliente que está el agua, ajustándola si es necesario.

Además, ten en cuenta que el calor puede deshidratar, así que asegúrate de beber mucha agua antes y después del baño. Si sientes la piel demasiado seca después, utiliza una loción (idealmente, cuando la piel aún está húmeda) para retener la humedad.

Los jacuzzis deben evitarse por completo durante el embarazo debido a la alta temperatura del agua y al mayor riesgo de infección relacionado con el agua estancada. Incluso con el cloro, los jacuzzis pueden convertirse fácilmente en caldo de cultivo de gérmenes.

Prevenir la infección

Aunque el agua tibia y jabonosa está bien, hay precauciones básicas que puedes tomar para reducir el (bajo) riesgo de contraer una infección por un baño regular.

  • No permanezcas demasiado tiempo en el agua; procura estar entre 15 y 20 minutos como máximo.
  • Evita el uso de la mayoría de los aceites o bombas de baño, ya que sus ingredientes podrían irritar la vagina o la piel. Las sales de Epsom y los baños de avena suelen ser adecuados. Consulta a tu médico para confirmar qué tipos de productos de baño son seguros para ti.
  • Como ya se ha dicho, no te bañes después de romper aguas, ya que los gérmenes del agua del baño podrían entrar en el útero y poner en peligro al bebé.
Pisa con seguridad

Es importante que tengas cuidado con los resbalones y las caídas al entrar y salir de la bañera, sobre todo en las últimas etapas del embarazo, cuando tu equilibrio puede ser inestable.

Utiliza alfombrillas antideslizantes tanto dentro como fuera de la bañera y/o pide ayuda a un ser querido si crees que necesitas una mano extra.

El alivio del dolor y la relajación son dos de las razones por las que muchas mujeres disfrutan tomando baños durante el embarazo. Puede que sientas que tus articulaciones doloridas se relajan al levantar el peso del bebé gracias a la flotabilidad del agua. También es posible que te sirva para relajarte mentalmente y ponerte a remojo.

Por suerte, puedes continuar con esta actividad de forma segura. Solo tienes que prestar atención a la temperatura y disfrutar.

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