Un antioxidante natural revierte en gusanos los daños reproductivos causados por la exposición al BPA

Desde los plásticos hasta los pesticidas, parece que cada semana llegan nuevas noticias sobre los peligros de los disruptores endocrinos: sustancias químicas presentes en el medio ambiente que alteran las hormonas del organismo y pueden provocar problemas reproductivos, de desarrollo, neurológicos e inmunitarios, así como cáncer.

La regulación de la industria y la elección individual del consumidor pueden reducir la exposición a esas sustancias químicas, pero hay pocas opciones para contrarrestar los daños que ya se han producido.

Ahora, una nueva investigación realizada en gusanos sugiere un camino para cambiar esta situación.

Un antioxidante natural conocido como coenzima Q10, o CoQ10, revirtió la mayoría de los daños reproductivos causados por la exposición al plastificante BPA (bisfenol A) en gusanos Caenorhabditis elegans, según un estudio dirigido por el laboratorio de Mónica Colaiácovo, profesora de genética del Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard.

Los hallazgos, publicados el 6 de febrero en Genetics, proporcionan la primera prueba de que al menos algunos de los daños a la fertilidad inducidos por el BPA pueden deshacerse.

Las sustancias químicas están tan presentes en nuestro entorno que era fundamental que nos centráramos primero en identificar cuáles son tóxicas y cómo pueden afectar a la salud reproductiva humana.

Ahora, mientras seguimos investigando y estudiando cómo afectan las sustancias químicas a la salud reproductiva, también podemos plantearnos la siguiente pregunta realmente importante: Dado que todos estamos expuestos, ¿cómo podemos mitigar esos efectos para mejorar la fertilidad y tener partos más sanos?".

Monica Colaiácovo, autora principal del estudio

La CoQ10 es producida por el organismo y puede encontrarse en muchos alimentos, sobre todo en la carne y el pescado. También está disponible en suplementos dietéticos de venta libre, pero éstos no están regulados ni aprobados por la FDA para ninguna enfermedad, y en ocasiones causan efectos secundarios.

Aunque la CoQ10 ya se recomienda en algunas clínicas de fertilidad de EE.UU. y Canadá, el equipo de investigadores advierte de que sus hallazgos deben reproducirse en otros estudios con animales y en ensayos clínicos con humanos antes de que la enzima se prescriba para los daños a la fertilidad inducidos por el BPA.

El laboratorio de Colaiácovo ha documentado las repercusiones reproductivas de muchas sustancias químicas ambientales en gusanos, entre ellas el BPA.

Cuando los trabajos de su laboratorio y de otros sugirieron que el BPA obstaculiza la salud reproductiva en parte al causar daño oxidativo, "tenía sentido buscar ayuda en los antioxidantes", dijo.

El equipo empezó con la CoQ10 porque es fácil de conseguir en tiendas, barata y relativamente segura, de modo que si resultaba eficaz en modelos animales, estaría bien posicionada para probarla en personas, dijo Colaiácovo.

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Kaneka Corporation, fabricante internacional de productos químicos, proporcionó el compuesto para el estudio. No contribuyó a la financiación. Ninguno de los autores del estudio se benefició económicamente del aumento de las ventas de CoQ10, confirmó Colaiácovo.

Los investigadores expusieron grupos de gusanos C. elegans a BPA, CoQ10 y un disolvente llamado DMSO, solos y en varias combinaciones. El momento de las exposiciones al BPA y a la CoQ10 se diseñó para aproximarse al de los seres humanos, y los niveles de BPA detectados en el interior de los gusanos fueron proporcionales a las cantidades halladas en la población humana general.

Los investigadores descubrieron que la CoQ10 mejoraba o invertía múltiples tipos de daños causados por el BPA. Las lombrices tratadas con el antioxidante presentaban tasas más bajas de muerte de óvulos, menos roturas de ADN de doble cadena y menos anomalías cromosómicas durante la división de los óvulos, así como niveles más bajos de estrés oxidativo en los óvulos. Los embriones tempranos también presentaban menos casos de números cromosómicos anormales y otros defectos.

En los seres humanos, este tipo de anomalías puede provocar infertilidad, abortos espontáneos y defectos congénitos.

"La CoQ10 rescató muchos de los defectos de los que habíamos informado antes", dijo Colaiácovo. "Es emocionante considerar que podríamos estar ante una intervención sencilla y de bajo coste".

C. elegans ha demostrado ser un organismo modelo útil para estudiar innumerables aspectos de la biología básica. Según Colaiácovo, muchas de las anomalías reproductivas causadas por la exposición a toxinas ambientales observadas en gusanos también se observan en mamíferos, desde ratones hasta primates, lo que aumenta la esperanza de que los hallazgos sobre la CoQ10 se traduzcan de forma similar.

No obstante, los seres humanos no son grandes gusanos, y la gente no debería precipitarse y empezar a tomar CoQ10 como agente anti-BPA sin consultar a un médico, señalaron los autores del estudio.

Por un lado, los investigadores utilizaron CoQ10 "muy pura", de calidad controlada, mientras que los suplementos comprados en tiendas varían en su contenido de CoQ10 y no siempre contienen las cantidades indicadas en las etiquetas, según han descubierto análisis anteriores.

"Nuestro estudio subraya la necesidad de una regulación más estricta y de una investigación específica sobre los efectos biológicos de los suplementos", afirmó Colaiácovo.

Para Colaiácovo, los resultados ofrecen un rayo de esperanza en medio de una avalancha de hallazgos preocupantes.

"Cuando descubrimos pruebas de la toxicidad de otra sustancia química, a menudo tenemos la sensación de 'ya estamos otra vez'", afirma, "pero es importante ver qué podemos aprender de ello. Quiero que encontremos soluciones".

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