La investigación ofrece nuevas esperanzas a los hombres que recibieron tratamiento contra el cáncer infantil

Revisado por Kate Anderton, B.Sc. (Editor) Oct 22 2018

Unos investigadores han descubierto una forma de cultivar células madre humanas destinadas a convertirse en espermatozoides maduros, en un esfuerzo por ofrecer opciones de fertilidad más adelante en la vida a los varones diagnosticados de cáncer y sometidos de niños a quimioterapia y radioterapia. Los resultados los publica hoy en Nature Communications un equipo dirigido por la doctora Sandra Ryeom, profesora asociada de Biología del Cáncer en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y codirectora del Programa de Biología Tumoral del Centro Oncológico Abramson.

"Durante años, los investigadores han tratado de hallar formas de cultivar y expandir estas células a partir de biopsias testiculares donadas por pacientes jóvenes antes de su tratamiento contra el cáncer, pero hasta ahora no se había logrado un método consistente", afirma Ryeom.

Según la Sociedad Americana del Cáncer, aproximadamente 1 de cada 530 adultos jóvenes de entre 20 y 39 años es superviviente de un cáncer infantil. Los tratamientos contra el cáncer dejan estériles a la mayoría de los varones, ya que la quimioterapia y la radioterapia suelen destruir las células madre productoras de esperma. Aunque hay formas de preservar la fertilidad de los varones diagnosticados de cáncer después de la pubertad, no existen opciones de este tipo para los prepúberes.

"Nunca habíamos tenido opciones de preservación de la fertilidad para varones prepúberes", afirmó la Dra. Jill Ginsberg, coautora del estudio, oncóloga pediátrica y directora del Programa de Supervivencia al Cáncer del Hospital Infantil de Filadelfia. "Los hallazgos de este trabajo son un gran primer paso adelante para nuestros pacientes más jóvenes".

Los investigadores han sabido que se podía restablecer la producción de espermatozoides en ratones esterilizados tras el tratamiento con el agente quimioterapéutico busulfán inyectando espermatozoides inmaduros de un donante en sus túbulos seminíferos, situados en los testículos. A partir de ahí, los oncólogos sugirieron que las CSE podrían extraerse de los varones antes del inicio de la quimioterapia y reintroducirse en sus testículos una vez finalizado el tratamiento. Sin embargo, los testículos de los varones prepúberes contienen un número tan reducido de CMM que, para que este método tuviera éxito, sería necesario cultivar y multiplicar las células en el laboratorio antes de su posterior reinyección.

Ante estas dificultades, el equipo identificó las células endoteliales testiculares como un nicho de población crítico para el mantenimiento y la expansión de las CME humanas en el laboratorio. Y lo que es más importante, también identificaron cinco factores de crecimiento producidos por las células endoteliales testiculares que son necesarios para mantener vivos los cultivos de CSE humanas y de ratón a largo plazo. Con el tiempo, las muestras de pacientes podrían expandirse y luego congelarse hasta que se necesitaran.

Las células de ratón en cultivo a largo plazo restablecieron la capacidad de producir espermatozoides de ratones con infertilidad inducida por la quimioterapia. En última instancia, las CSE fueron funcionales, como demostró el nacimiento de crías vivas tras ser engendradas por ratones con las CSE trasplantadas y factores de crecimiento.

"Nuestro siguiente paso es determinar si podemos reinyectar o injertar las SSC expandidas en pacientes después de que estén libres de cáncer", dijo Ryeom.

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