El camino hacia y a través del asesoramiento sobre infertilidad

El camino hacia y a través del asesoramiento sobre infertilidad

Acabo de asistir a un fantástico curso de dos días de la Fundación para el Asesoramiento de Infertilidad CPCAB Acreditado (Consejería y Psicoterapia Central Awarding Body). Esto fue dirigido por la Asociación Británica de Asesoramiento de Infertilidad (BICA). BICA es una organización benéfica registrada y la única Asociación profesional de asesoramiento de infertilidad reconocida por la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA) y la Sociedad Británica de Fertilidad en el Reino Unido.

Lo que me sorprendió es lo singular y polifacético que es el papel de un asesor en infertilidad y me impulsó a compartir mis pensamientos y parte de lo que aprendí. No pretendo conocer todos los datos ni incluirlos todos, pero mi objetivo es dar una idea de lo intensas que son tanto la formación como la función.

Se animó a los asistentes a hacerse muchas preguntas para abrir sus mentes a la multitud de dificultades a las que se enfrentan quienes luchan contra la infertilidad. A veces resultaba abrumador pensar, lo que permitía hacerse una idea del viaje al que se enfrentan muchas personas. No dudo de que lo que escribo a continuación desencadenará muchos sentimientos, algunos más dolorosos que otros. Son muy reales y, aunque reconozco que será difícil de leer y digerir, también espero que pueda aliviar e incluso dar permiso para asumir los propios sentimientos y saber que no se está solo en ellos. Este es uno de los objetivos de la terapia.

Los sentimientos tácitos, no deseados e inoportunos que acompañan a la infertilidad

Saber que tú, tu pareja o ambos sois infértiles es más que suficiente para tener que asumirlo. Desgraciadamente, no es el final de la batalla. Este proceso va acompañado de muchos sentimientos que no siempre son evidentes al principio y que pueden aparecer cuando menos te lo esperas. Por eso es tan beneficioso el asesoramiento, que puede ayudarle a dar sentido a sus sentimientos. Los sentimientos se exploran en un entorno seguro y esto puede aportar validación.

¿Por qué la gente quiere un bebé?

Esto puede parecer obvio para algunos, pero en realidad hay multitud de razones y es interesante explorar algunas de ellas con su asesor. Al hacerlo, la importancia de averiguar por qué la gente quiere tener un hijo se convierte de repente en algo muy importante. Lo que descubrí es que, de hecho, hay toda una serie de razones.

Pensé que intentaría abordar algunos de los más obvios, antes de compartir algunos de los que quizá se habla menos, tal vez porque son más difíciles de aceptar y admitir a uno mismo que es así como se siente. Quizá al leer esto te sientas menos solo con tus pensamientos y te reconforte saber que hay otras personas que se sienten de forma parecida.

Por supuesto, hay que tener en cuenta el impulso biológico: para muchas parejas, heterosexuales o del mismo sexo, tener un hijo es el paso natural que deben dar una vez casados. Para otros, tener un hijo puede aportarles estatus y darles un propósito que quizás antes de ser padres sentían que les faltaba en su vida. También puede dar validez a una relación, por no mencionar el amor incondicional que recibimos de los niños. Tener un hijo supone el rito de paso a la paternidad y no conseguirlo en la vida puede hacer que algunos se sientan atrapados en el papel de hijos de otros.

Soy consciente de que lo que digo puede suscitar multitud de reacciones en los lectores, pero he aprendido la importancia de aclarar las razones por las que una persona quiere tener un hijo. Por ejemplo, si una pareja quiere tener un hijo para salvar su relación, ¿qué apoyo necesitan para decidir si tener un hijo es lo mejor para ellos en ese momento y cómo sugerirles que quizás un asesoramiento de pareja podría ser una opción para ellos primero para asegurarse de que ambos quieren lo mismo y por las razones correctas? Esto no quiere decir que no vayan a intentar tener un bebé, sino que lo hagan en el momento adecuado para ellos.

Las parejas acuden al asesoramiento con el deseo de ampliar su familia debido a las expectativas culturales. Sin embargo, pueden ser jóvenes y no estar del todo preparados para ser padres, pero han venido como resultado de la presión de los padres. Explorar esto en el asesoramiento ofrece un espacio privado para compartir sentimientos que pueden parecer vergonzosos o difíciles de expresar. Las mujeres se ven presionadas a tener hijos y pueden sucumbir a las expectativas de la sociedad. Acuden a terapia llenas de resentimiento que no han podido compartir ni expresar. El daño potencial que esto puede causar si no se reflexiona sobre estos sentimientos antes de embarcarse en el proceso de fertilidad podría ser perjudicial tanto para la madre como para el futuro hijo o hijos que pueda tener. Además de las relaciones que mantiene actualmente.

Otras mujeres pueden sentir la necesidad de llenar un vacío y piensan que esto puede lograrse si tienen un bebé. Al tener un bebé, pronto descubren que no es así, y el asesoramiento puede ayudar a resolver este tipo de problemas. Para algunas personas, tener hijos se convierte casi en un pasatiempo o, me atrevería a decir, en una adicción. Estar embarazada puede aportar a una mujer una especie de consuelo o sensación de propósito que se convierte en algo que necesita. El peligro que esto supone tanto para el cuerpo de la madre como para los futuros hijos que pueda tener es cada vez más preocupante con la frecuencia de sus embarazos.

Por otro lado, es interesante pensar en quienes deciden no tener hijos. Existe un gran estigma al respecto. Para algunos es incomprensible, quizá incluso egoísta, querer una carrera y que eso sea más importante que la procreación.

El viaje a través del tratamiento

Los asesores pueden apoyar a los clientes a lo largo del viaje, que será extremadamente único para cada individuo. El asesor seguirá el lenguaje de su cliente. Trabajan de forma respetuosa y no discriminatoria, sin expresar opiniones personales.

Su trabajo consiste en ayudar a los clientes a dar sentido a cómo se sienten, obtener una perspectiva diferente de sus sentimientos de una manera no crítica y ayudarles a gestionar la enormidad de la carga emocional por la que están pasando. Expresar la opinión puede influir en las decisiones tomadas por los clientes, por lo que se desaconseja hacerlo. Los pensamientos sobre los que se habla en el asesoramiento deben seguir siendo los del cliente o clientes.

Inicio de la terapia

Un cliente al que se le ha dicho que tiene que venir a recibir asesoramiento necesita saber por qué se le ha dicho que venga. El asesor debe asegurarse no sólo de que lo sabe, sino de que entiende lo que necesita saber sobre el proceso. Para que el asesor conozca al cliente es necesario un enfoque afable. El asesor mostrará interés, preguntándole por su experiencia hasta el momento, cuándo empezó y cuánto tiempo lleva intentándolo. Lo importante, si se trata de una pareja, es que ambos respondan a las preguntas. El asesor tiene que desarrollar una comprensión de lo que significa para cada uno de ellos y lo emocionalmente preparados que están, así como estar alerta a los signos de trauma.

Preguntas delicadas pero necesarias

Los clientes vienen cargados de emociones encontradas. Conscientes de ello, los asesores deben abordar temas muy delicados pero sobre los que es importante reflexionar. Esto debe hacerse con delicadeza, de forma amable y cariñosa. Lo importante es que el asesor sea firme, para que el cliente no sólo pueda pensar en lo que se le pregunta, sino también responder. Los asesores deben reflexionar con sus clientes sobre el número de tratamientos que pueden plantearse. La implicación es que podría no funcionar de inmediato, algo que es difícil pero necesario pensar. Aún más difícil de abordar es preguntar si alguna vez se han planteado la vida sin hijos. No se sabe qué reacción tendrá una pregunta de este tipo.

El asesor debe sentir curiosidad por el impacto que los problemas de fertilidad han tenido en la relación sexual y el funcionamiento sexual de la pareja. Se trata de cuestiones muy personales, pero deben abordarse para obtener una visión lo más completa posible.

Capas de problemas

Esto no se ha escrito con la intención de abrumarle, sino de abrirle la mente. Es posible que los asesores le pregunten cómo piensa abordar la comunicación de sus problemas de fertilidad. Algunas personas desean mantener la privacidad. Ambos enfoques tienen sus implicaciones. La labor del asesor es ayudar a su cliente a gestionar sus expectativas. Esto implica tener en cuenta la perspectiva del paciente. Los asesores escuchan a sus clientes para saber en qué punto del camino se encuentran. Para que se sientan escuchados, los asesores reflexionarán con el cliente y le ayudarán a pensar en qué punto se encuentra y cuál es el mejor enfoque que puede adoptar para seguir adelante.

El asesoramiento sobre infertilidad anima a las parejas a expresar sus sentimientos mutuamente. Ver el impacto de no compartir sus sentimientos en presencia de un asesor puede ayudar a desenredar los problemas entre una pareja y ayudarles a sentirse más conectados y preparados para el viaje al que se enfrentan.

Los asesores deben tener en cuenta las cuestiones de género. No siempre, pero sí a menudo, los hombres son más capaces de imaginar la vida sin hijos. Esto demuestra que hay muchos factores a tener en cuenta en el trabajo como asesor de fertilidad.

Corto plazo/largo plazo

Aunque se puede conseguir mucho en un trabajo de corta duración, un asesor con sesiones limitadas debe ser cauto en su enfoque. Deben considerar la frecuencia con la que ven a alguien para poder centrarse en el trabajo terapéutico de forma significativa. Además, el asesor debe ser consciente de las limitaciones de su papel. Puede resultar frustrante para un asesor que sólo dispone de una sesión para trabajar con una pareja, ya que se siente apresurado e incapaz de abarcar todo el terreno que desea. Al quedarse con esta frustración, es importante que sean conscientes de cómo se sienten, así como de una salida para estas emociones.

El impacto emocional en

  • los clientes

Se traen muchas emociones difíciles al asesoramiento. Los asesores hablarán con los clientes sobre sus expectativas y les ayudarán a gestionarlas. Si han sufrido una pérdida, pueden ayudarles a replantear sus expectativas como parte del proceso de duelo. El objetivo es ayudar a las personas a comprender las razones de su comportamiento. Por ejemplo, pueden sentirse una persona cambiada debido a la tristeza o los celos. A otros puede preocuparles volverse amargados. El papel del orientador es ayudar a relativizar estas cuestiones, que se sientan como se sienten a consecuencia de lo que están viviendo. No se puede subestimar el impacto que esto puede tener. Saber que, de hecho, lo que sienten es normal. El papel de un asesor es crucial para ayudar a las personas a sentir que no están solas. El apoyo y la orientación que puede ofrecer es inestimable y puede cambiar realmente las perspectivas de las personas y su enfoque de los problemas de fertilidad.

  • el asesor

Así como el cliente necesita apoyo, también lo necesita el consejero. BICA ofrece grupos regionales, talleres de formación, conferencias y redes informales. También es responsabilidad del consejero estar al tanto de los nuevos desarrollos y explorar y reflexionar sobre temas actuales. Además, los consejeros asisten a supervisión, dándoles una salida esencial en la que tomar los sentimientos que se han agitado para ellos.

Los asesores hablan a sus clientes de la importancia del autocuidado, que ellos también deben practicar. No sólo es una buena práctica, sino que también les ayuda a desempeñar su papel de forma más productiva. Es una estrategia de afrontamiento que a menudo se descarta por falta de tiempo. Sin embargo, una vez que se emplean límites y los clientes han identificado lo que podría funcionar para ellos, puede ayudar a las personas a hacer frente a la situación. El asesor explicará que, para intentar que el proceso funcione, el autocuidado es vital. Esto, a su vez, ofrece al cliente una validación que no puede obtener en ningún otro sitio.

Conocer los hechos

También es responsabilidad del asesor conocer la donación de óvulos y esperma, así como la maternidad subrogada.

Llegar al punto en que se necesita un donante de óvulos o esperma es realmente duro. Un asesor reflexionará con el cliente o clientes sobre lo que sintieron cuando se les sugirió, cómo se sienten al respecto y cómo afrontaron la sugerencia. Puede que no fuera lo que les sugirieron y también se puede reflexionar sobre ello. Puede significar algo diferente para ellos si no se les sugirió, sino que fue una decisión que partió de ellos.

Una vez más, hay que tener en cuenta cuestiones delicadas. Qué piensan de recurrir a un donante, cómo creen que será. También está el hecho de que el bebé no se parecerá a ellos, algo de lo que puede que no se hayan dado cuenta. El asesor debe ser consciente de ello, pero estar abierto a ayudarles a reflexionar sobre todos estos factores.

También existen derechos legales, tanto como padres como donantes, que la pareja debe conocer. Es fundamental que estén bien informados. Por ejemplo, en relación con los futuros contactos con el donante y su familia una vez que el niño tenga más de dieciocho años. Todo esto debe explorarse de antemano. El donante también puede retirar su consentimiento hasta el momento de la implantación del embrión, lo que puede tener efectos devastadores para los futuros padres.

Los clientes pueden conocer a su donante, no conocerlo o incluso optar por ir al extranjero. Esto también tiene implicaciones legales, que un asesor en infertilidad debe conocer y comprender previamente. El proceso de búsqueda de un donante y de emparejamiento con él puede ser largo y emocionalmente agotador.

El Código de Práctica de la HFEA ofrece orientación sobre lo que debe debatirse y las directrices que deben respetarse. El trabajo de los asesores implica explorar el impacto de esta información. Un ejemplo está relacionado con contar y hablar. Se refiere a contar al niño su origen en una fase temprana de la infancia, porque si no se le dice puede ser emocionalmente perjudicial. A lo largo de este proceso, la pareja puede contar con el apoyo y la orientación de su asesor en infertilidad. El asesor debe ser consciente de la cultura, la fe y el entorno social de los clientes, ya que esto influirá en su capacidad para hablar del tema con su hijo.

Si es un posible donante a quien se ofrece asesoramiento, el asesor debe asegurarse de preguntarle sus motivaciones para hacerse donante. Para ello habrá diferencias psicosociales y generacionales. También deben explorarse las expectativas que un donante tiene de sus receptores. También hay implicaciones en cuanto a los derechos legales de los hijos que el donante tiene antes de hacerse donante.

La maternidad subrogada es aún más compleja porque implica a más personas y más familias. También tiene muchas implicaciones religiosas. Como he dicho antes, no pretendo abarcar todos los hechos. Sólo quiero señalar la gran responsabilidad que conlleva convertirse en asesor de infertilidad.

Fin del asesoramiento

Esto puede tener un enorme impacto emocional tanto en el cliente como en el asesor. También variará en función de si el tratamiento ha tenido el resultado deseado o no. La cantidad de intentos por conseguirlo también influirá en los sentimientos que se despierten al final del tratamiento. Algunas personas tendrán una perspectiva del final, mientras que otras simplemente no la tienen. La labor del asesor es ayudar al paciente a afrontar este final de la mejor manera posible y de la forma más adecuada para él, teniendo en cuenta que la experiencia de cada persona es diferente.

Reflexiones finales

El trabajo de asesor en infertilidad puede ser muy gratificante. Emprender un viaje junto a una pareja y ver cómo alcanzan su sueño es muy especial. Sin embargo, también implica ver y, a su vez, ayudar a muchas personas a soportar mucho dolor y decepción. La responsabilidad de asegurarse de que uno mismo, como asesor, está al día de los últimos avances, así como de los clientes, es primordial. Por estas razones y muchas más, no es una carrera que se pueda emprender a la ligera, sino que debe hacerse con gran reflexión, asegurándose de que, al igual que los clientes necesitan una sólida red de apoyo, usted, como asesor, también la tenga.

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