Folato y ácido fólico en el embarazo

Folato y ácido fólico en el embarazo

El folato y su primo el ácido fólico son vitales para el desarrollo de un bebé sano, ya que previenen los defectos del tubo neural. Dado que el tubo neural se desarrolla en los primeros 28 días de embarazo, se recomienda que todas las mujeres en edad fértil consuman folato. El folato previene ciertas anomalías cardíacas, el paladar hendido y el labio leporino. También reduce el riesgo de desarrollar anemia, abortos, partos prematuros y bajo peso al nacer. Se encuentra en los cereales de desayuno enriquecidos, las lentejas, los espaguetis, el arroz, las judías, el brócoli, el zumo de naranja, las espinacas y las fresas.

¿Cuál es el papel del folato y el ácido fólico en el embarazo?

El folato (vitamina B-9) es importante para la formación de glóbulos rojos y para el crecimiento y la función de las células sanas. Este nutriente es crucial durante las primeras etapas del embarazo para reducir el riesgo de defectos congénitos en el cerebro y la columna vertebral. La cantidad diaria recomendada de folato para los adultos es de 400 microgramos (mcg). A las mujeres que planean un embarazo o que podrían quedarse embarazadas se les aconseja consumir entre 400 y 1.000 mcg de ácido fólico al día.

El folato se encuentra principalmente en las verduras de hoja verde oscura, las judías, los guisantes y los frutos secos. Las frutas ricas en folato son las naranjas, los limones, los plátanos, los melones y las fresas. La forma sintética del folato es el ácido fólico. Es un componente esencial de las vitaminas prenatales y está en muchos alimentos fortificados, como los cereales y las pastas.

Una dieta carente de alimentos ricos en folato o ácido fólico puede provocar una carencia de folato. La deficiencia de folato también puede darse en personas que padecen enfermedades, como la celiaquía, que impiden que el intestino delgado absorba los nutrientes de los alimentos (síndromes de malabsorción).

¿Cuál es la diferencia entre el ácido fólico y el folato?

La gente suele utilizar los dos indistintamente, ya que ambos son formas de vitamina B9, pero en realidad hay una diferencia importante. El ácido fólico es la versión sintetizada que se utiliza habitualmente en los alimentos procesados y en los suplementos. El folato puede encontrarse en alimentos integrales como las verduras de hoja verde, los huevos y los cítricos. La investigación sobre el uso del folato y los suplementos orales de ácido fólico para condiciones específicas muestra:
  • Defectos de nacimiento. Las investigaciones han demostrado que los suplementos de ácido fólico pueden prevenir los defectos de nacimiento del tubo neural. Tomar una vitamina prenatal a diario -idealmente a partir de los tres meses anteriores a la concepción- puede ayudar a garantizar que las mujeres reciban suficiente cantidad de este nutriente esencial.
  • Deficiencia de ácido fólico. La carencia nutricional de folato se trata con suplementos orales de ácido fólico. Este tipo de carencia ya no es un problema en muchos países que enriquecen los alimentos, como los cereales y la pasta, con ácido fólico.
  • Enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos y derrames cerebrales. El ácido fólico actúa con las vitaminas B-6 y B-12 para controlar los niveles elevados de homocisteína en la sangre. Los niveles elevados de homocisteína pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos (enfermedades cardiovasculares).
  • Cáncer. Algunas investigaciones sugieren que el folato podría reducir el riesgo de varios tipos de cáncer.
  • Depresión. Algunas pruebas sugieren que el ácido fólico podría ser útil para tratar la depresión.
  • Demencia. No hay pruebas suficientes para apoyar la suplementación con ácido fólico para la prevención de la demencia.
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Dr. Chris D. Meletis explica cómo la genética puede determinar lo bien que su cuerpo metaboliza la vitamina B9

Se estima que entre el 25 y el 60 por ciento de la población tiene una variación en uno de sus genes MTHFR que impacta negativamente en su capacidad para convertir el ácido fólico (la versión sintética de la B9), e incluso parte del folato que se encuentra naturalmente en los alimentos, en la forma activa de folato. Si está intentando quedarse embarazada, considere la posibilidad de hacerse una prueba genética para determinar si tiene la variación genética MTHFR. El conocimiento le dará el poder de tomar decisiones informadas sobre sus necesidades nutricionales únicas, incluyendo si debe o no elegir suplementos prenatales y de fertilidad que contengan la forma activa de metilfolato del ácido fólico.

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